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    El Café Vienés de Casa Fuster cumple 85 años acercando a Barcelona la mágica atmósfera de 1933

    El emblemático Café Vienés, convertido desde 1933 en un lugar histórico de famosas tertulias intelectuales, celebra su 85 cumpleaños. Hoy, integrado en el Hotel Casa Fuster, cinco estrellas gran lujo Monumento, miembro de Leading Hotels of the World, continúa siendo un lugar de encuentro de personajes ilustres, turistas y ciudadanos, y sigue manteniendo su esencia con una versatilidad traducida en jazz, gastronomía, coctelería y lujo.

    Las famosas tertulias que se generaron en este espacio, hoy muy característico por sus sofás de colores y columnas de mármol, han originado grandes referencias por ser la cita habitual de figuras tan representativas como el poeta Salvador Espriu. El Café Vienés también fue escenario de una de las interpretaciones estelares de Woody Allen, quien sorprendió a los presentes con un concierto espontáneo con su clarinete durante los días en que estuvo en Casa Fuster rodando la película Vicky, Cristina, Barcelona. Este lugar hoy muestra todo su esplendor desde que el edificio, obra de Domènech i Montaner y joya modernista, fuera rehabilitado y convertido en hogar de turistas.

    “Es más que habitual que cada día, el Café Vienés sea testigo de citas de periodistas con sus entrevistados, de familias que conversan con un café, o compañeros que se reúnen para hablar de negocios… el espacio es muy especial y muestra de ello son también los shootings de fotógrafos y, cómo no, el Jazz Club de cada jueves que alberga una cita ineludible para los amantes de este género musical que adereza estas visitas con una gastronomía deliciosa”, aseguran fuentes de la compañía.

    Recientemente y coincidiendo con el aniversario de la apertura del Café Vienés, se ha reunido a grandes del jazz en un entorno espectacular: “Cuando se inauguró el local hace 85 años, se hizo con la compañía de un quinteto de música clásica, así que hemos decidido reproducir el mismo tipo de música de entonces en el mismo horario, y con un repertorio similar”, confiesan desde Casa Fuster.

    “El menú de inauguración nos lo ha facilitado la familia del arquitecto, Domènech i Montaner, la orquestra que escogimos tenía también el mismo número de músicos que la que había en el Danubio Azul (local vinculado al Café Vienés, puesto que está en el sótano) y el repertorio también fue el mismo que sonaba por las noches del año 1933 en esa sala (música Swing). Y en cuanto a la ambientación del espacio, conseguimos sacar de un museo el vehículo que utilizaba la Coca-Cola esos años (para el reparto), así como un grupo de personas que venían vestidas como esa misma época. El hilo musical escogido para ese día, fue también de la música que sonaba en la radio ese año”.

    Igualmente, el equipo de RRPP del Hotel se encargó de contratar una mezzosoprano que dio un concierto con un pianista bajo un repertorio que simulara las piezas que se escucharon en 1933 en Barcelona. Además, casualmente, Duke Ellington y su Big Band hicieron su primera gira europea en el mismo año, por lo que la música del considerado “Duque del Jazz” suena siempre que hay ocasión en el Café Vienés.

    Durante estos meses, el Café Vienés se seguirá vistiendo de la mejor gastronomía con notas de jazz y albergará, si cabe con más nostalgia, las citas de cada jueves donde todo visitante podrá revivir y, cómo no, ayudar a mantener, la atmósfera mágica con amplios ventanales al Paseo de Gracia que lleva viva en este edificio modernista desde 1933.