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  • Gastronomía

    El restaurante gastronómico Lo Mam reabre en Le Méridien Ra Beach & Spa

    Después de 13 años ubicado en el centro de Calafell, el restaurante Lo Mam abre su cocina en Le Méridien Ra Hotel Beach & Spa, el único hotel de cinco estrellas gran lujo de la Costa Dorada.

    Jordi Guillem, dos veces subcampeón del mundo de heladería y con más de 20 años ofeciendo una cocina actual y creativa, pero a la vez con raíces tradicionales y productos del territorio, da un paso hacia la excelencia. «Estar en Le Méridien Ra Beach Hotel & Spa nos aporta un escenario único y singular. Disfrutar de la cena con vistas al Mediterráneo y en una de las mejores terrazas de la costa va acorde con nuestra cocina», asegura Jordi Guillem.

    Lo Mam nace con la idea de ofrecer un nuevo concepto basado en cuatro pilares: una cocina de proximidad con productos saludables y sostenibles fusionada con las técnicas más vanguardistas. Una apuesta para acercar la alta cocina a veganos, vegetarianos, celíacos y demás intolerancias, ofreciendo así una experiencia gastronatural.

    El segundo pilar es la exclusiva carta de vinos creada por la enóloga Judit Llop y seleccionada en función de cada menú degustación. Tres tipos de paquetes: blanco, tinto o mixto para acompañar el menú, y todos ellos con un denominador común, vinos hechos con variedades de uvas locales.

    La música es el tercer pilar que hace del restaurante un lugar único. El músico y compositor catalán Pep Sala ha creado exclusivamente para Lo Mam una ambientación musical hecha con sonidos de la naturaleza y paisaje (aire, mar, árboles, pájaros…), de la cultura local (castellers, barco de pescadores…), sonidos instrumentales propias de la cocina (agua hirviendo, grifo, platos…) y de labores (la lonja, la tierra labrada, el pan amasado…). Con este ensamblaje de sonidos que viajan en «olas» de intensidad se logra una composición musical que rememora sensaciones y recuerdos que se añoran.

    Por último, el servicio, que se caracteriza por no interferir en la cena del cliente. La interactuación entre el comensal y el camarero es mínima para evitar interrumpir la velada y, por eso, se ha optado por un juego divertido en el que a través de un puzle descubrirá cada plato y acabará la cena con una idea general y divertida de su experiencia.