El Consejo de la Unión Europea acaba de aprobar una modificación del reglamento CE 261 sobre los derechos de los pasajeros, que permitirá a las aerolíneas retrasar vuelos hasta cuatro o incluso seis horas sin obligación de compensar, en comparación con el actual umbral de tres horas. Este cambio significa que un 60 % menos de pasajeros afectados por retrasos serán elegibles para compensación, reduciendo drásticamente el alcance de la protección disponible para los pasajeros aéreos en toda Europa, y dejando a los viajeros europeos menos protegidos que en otras regiones cercanas a la UE.
La única justificación ofrecida para este grave retroceso en los derechos del consumidor es que ayudará a evitar cancelaciones. Esta es una justificación absurda, ya que las aerolíneas también deben pagar compensaciones por cancelaciones, además de incurrir en costes adicionales relacionados con la atención a los pasajeros, la reubicación de los mismos y los costes operativos para reposicionar sus aeronaves.
Además, en lugar de ajustar la compensación conforme a la inflación de los últimos 20 años desde que se introdujo el reglamento, el Consejo de la UE optó por recortar las cantidades para vuelos de media y larga distancia. La compensación máxima disponible para los pasajeros ahora es de 500 € y los vuelos de menos de 3.500 km quedan limitados a 300 €. Esto supone una reducción significativa en comparación con las cantidades actuales de 250 €, 400 € y 600 € por pasajero.
España, Portugal, Alemania y Eslovenia fueron los países que se opusieron a la modificación del Reglamento CE 261/2004.
Desde AirHelp afirman que «estamos profundamente preocupados por esta propuesta, ya que este cambio en la regulación socava gravemente los derechos y aumenta la confusión entre los viajeros de toda la Unión Europea. Esta restitución del derecho de los pasajeros a ser compensados por interrupciones podría ser el mayor retroceso en la historia de la protección del consumidor en la UE».
La CE 261 ha sido durante mucho tiempo un referente global en la protección de los pasajeros, garantizando una compensación justa por retrasos, cancelaciones y denegaciones de embarque causadas por las aerolíneas. Al debilitar esta regulación, la UE está inclinando deliberadamente la balanza aún más a favor de las aerolíneas, dejando a millones de pasajeros con menos protección y opciones limitadas para reclamar.
AirHelp teme que este cambio regulatorio tenga consecuencias muy negativas para los viajeros. Ahora los pasajeros enfrentarán más retrasos y más prolongados antes de ser elegibles para compensación.
Mientras tanto, la carga de las interrupciones causadas por las aerolíneas se transfiere aún más a los pasajeros, justo en un momento en que los retrasos y cancelaciones están en aumento en toda Europa. Este cambio debilita la responsabilidad de las aerolíneas, genera mayor inseguridad jurídica y reduce la transparencia sobre los derechos de los pasajeros, dejando a los viajeros más vulnerables cuando algo sale mal.
La misión de AirHelp siempre ha sido defender a los pasajeros aéreos y garantizar que reciban un trato justo y que se respeten sus derechos. Por ello, estamos decepcionados con esta decisión y con el mensaje que transmite a los viajeros dentro y fuera de la UE.
AirHelp se mantiene firme en su misión y continuará abogando, tanto a nivel de la UE como de los Estados miembros, por unos derechos de los pasajeros justos y sólidos. Seguiremos colaborando activamente con las partes interesadas, responsables políticos y grupos de defensa del consumidor para asegurarnos de que se escuche la voz de los pasajeros.
Tomasz Pawliszyn, CEO de AirHelp, advierte que «en AirHelp creemos que la regla de las tres horas garantiza una compensación adecuada por retrasos significativos, promueve la confianza pública y hace que los viajes aéreos sean más confiables para millones de pasajeros. Al aumentar el umbral de retraso y reducir las cantidades de compensación, la UE está erosionando estas protecciones de larga data y socavando uno de sus logros más reconocidos en política de consumo, además de introducir una enorme confusión para los viajeros. El umbral de tres horas de retraso permitido es hoy un estándar mundial. Por eso instamos al Parlamento Europeo y al Consejo a reconsiderar cualquier propuesta que debilite la CE 261 y, en su lugar, trabajar para fortalecer la protección de los pasajeros en una era de aumento del tráfico aéreo y beneficios crecientes para las aerolíneas».
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