Con la llegada del otoño, los paisajes españoles se tiñen de tonos cálidos y se convierten en el escenario perfecto para descubrir el país desde una perspectiva única: a lomos de un caballo. El turismo ecuestre, con profundas raíces en la tradición cultural española, se consolida como un sector en expansión y un aliado estratégico para el desarrollo del turismo sostenible y la economía rural.
La industria equina en España genera un impacto económico superior a los 7.300 millones de euros anuales y sostiene unos 150.000 empleos. Sin embargo, el segmento específicamente asociado al turismo ecuestre y ocio aporta cerca de 1.800 millones de euros, destacando claramente su peso dentro del sector. Además, según datos del Ministerio de Agricultura, el gasto medio diario en turismo ecuestre se estima en 300 € por visitante, lo que refleja su valor añadido y su papel clave en la desestacionalización y dinamización de entornos rurales. (Fuentes: Mapa del Ministerio de Agriculturaeltelegrama.com, El Plural).
Tras su desembarco en España este año, la plataforma de experiencias outdoor Freedome ha detectado que los paseos a caballo figuran entre las actividades con mayor interés por parte de los usuarios, junto con el kayak y las vías ferratas.
Con más de 500.000 clientes y 2.000 operadores profesionales en Italia, Freedome busca replicar en España el mismo efecto positivo: digitalizar y profesionalizar la oferta outdoor, generar ingresos estables para los operadores locales y ofrecer experiencias que favorezcan la desestacionalización y la sostenibilidad.
La desestacionalización del turismo se ha convertido en uno de los grandes retos de la economía española, históricamente concentrada en verano, Semana Santa y Navidad. Esto provoca una fuerte presión en temporada alta y largos periodos de baja actividad el resto del año, afectando a la estabilidad de los operadores turísticos y del empleo.
El turismo outdoor –y en particular el ecuestre– ofrece una respuesta eficaz a esta dinámica. Según los datos recogidos por Freedome en Italia, más del 60 % de los viajeros participa en actividades outdoor fuera de temporada alta, y un 54,1 % ha descubierto entre uno y dos nuevos destinos gracias a este tipo de experiencias. Además, el 76,1 % prefiere operadores locales frente a grandes cadenas, y el 82,3 % valora el uso de productos de kilómetro cero, lo que multiplica los beneficios para la economía del territorio.
En palabras de Manuel Siclari, cofundador de Freedome, «los datos son claros: el turismo outdoor no solo contribuye a un modelo más sostenible y auténtico, también asegura estabilidad económica y laboral para los territorios. En España, el turismo ecuestre tiene un enorme potencial para extender los beneficios del turismo más allá de los meses de verano y generar nuevas oportunidades de desarrollo rural».
Una propuesta con múltiples beneficios
El impulso al turismo ecuestre ofrece beneficios que trascienden la experiencia del viajero: desestacionalización (contribuye a repartir los flujos turísticos más allá del verano y los grandes festivos), economía local (integra operadores rurales, gastronomía y cultura en un producto de alto valor añadido), sostenibilidad (fomenta un turismo activo, consciente y respetuoso con los paisajes y tradiciones locales) y accesibilidad digital (gracias a Freedome, estas experiencias son fáciles de reservar y más visibles para el gran público).
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