
Anima Hotels, grupo hotelero independiente con más de 25 años de experiencia, consolida su apuesta por la sostenibilidad, y continúa desarrollando su concepto de turismo positivo, a partir de una serie de iniciativas con las que seguir desarrollando su hospitalidad singular.
Anima Hotels da un nuevo paso en su compromiso ambiental con la firma de un acuerdo con la start-up Pack2Earth para la creación de nuevas aplicaciones de bioplásticos compostables, en el sector hotelero. Una iniciativa que se alinea con una estrategia ambiental más amplia, que incluye objetivos concretos y ambiciosos como la reducción de la huella de carbono de su actividad, la gestión inteligente y responsable del agua, la protección de la biodiversidad local en el entorno de sus hoteles, y la eliminación total de plásticos de un solo uso en las habitaciones desde 2024.
«Para nosotros, la sostenibilidad es una hoja de ruta con compromisos claros que impactan en nuestro día a día. Desde eliminar plásticos hasta reducir nuestra huella de carbono, cada decisión suma», afirma Andrea Figueras, socia portavoz de Anima Hotels.

Reducir el uso de plásticos de un solo uso en restauración sigue siendo uno de los grandes retos de sostenibilidad en el sector hotelero. En respuesta a este desafío, Anima Hotels ha colaborado estrechamente con la start-up catalana Pack2Earth, especializada en bioplásticos compostables, para desarrollar una solución concreta a una necesidad operativa real: sustituir las bolsas de plástico utilizadas para la congelación al vacío de alimentos.
El equipo de Anima Hotels ha trabajado junto a Pack2earth en un proceso de cocreación, testeo y mejora continua, adaptando uno de sus materiales a las exigencias técnicas de las cocinas de los tres hoteles del grupo. El resultado ha sido el desarrollo de unas nuevas bolsas compostables robustas y funcionales, capaces de resistir condiciones extremas como el vacío y la congelación, fabricadas a partir de materia vegetal y minerales.
A diferencia del plástico convencional, que, aunque reciclable en teoría, rara vez se recicla correctamente debido a la contaminación orgánica por restos de comida, materiales compuestos de difícil separación o a las limitaciones propias de las plantas de tratamiento, estas bolsas se descomponen de forma natural en compostadores domésticos e industriales, pudiéndose compostar in situ o a través del sistema urbano de tratamiento de residuo orgánico (contenedor marrón), sin generar ni residuos tóxicos ni microplásticos en el proceso.
Gracias a esta innovación, Anima Hotels prevé eliminar más de 50.000 bolsas de plástico al año de sus operaciones, reduciendo significativamente la generación de residuos difíciles de gestionar. Se trata de una iniciativa que no solo responde a una necesidad propia, sino que abre la puerta a un cambio estructural en el uso de materiales en restauración, siendo escalable a otros establecimientos del sector, incluso negociando con asociaciones hoteleras para que más players del sector se sumen a este reto.
Desde 2018, Anima Hotels mide de forma sistemática la huella de carbono de sus establecimientos y oficinas centrándose en los alcances 1 y 2 para identificar las principales fuentes de emisión directa e indirecta asociadas a su actividad directa.
El verdadero punto de inflexión llegó en 2024, con la contratación de electricidad 100 % de origen renovable, respaldada por certificados de Garantía de Origen (GdO). Esta decisión estratégica ha permitido en este año 2025 cumplir el objetivo de reducir en un 60 % las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a años anteriores. Gracias a este cambio, las emisiones del alcance 2 –relacionadas con el consumo eléctrico– se redujeron a cero, consolidando un avance significativo en la hoja de ruta hacia la descarbonización.

El compromiso con el uso responsable de los recursos naturales es uno de los pilares de sostenibilidad de Anima Hotels. En el caso del Sant Cugat, el hotel ha puesto en marcha varias iniciativas enfocadas en la gestión sostenible del agua.
En 2023 se instaló un tanque de 15.000 litros para la recogida de agua de lluvia, utilizada para el riego por goteo de los jardines del hotel. Gracias a esta medida, el hotel ha logrado la autosuficiencia hídrica para este uso, reduciendo de forma significativa su dependencia del agua potable.
En colaboración con la empresa Greenjet, la cadena ha comenzado a instalar reductores de caudal de última generación, de patente y fabricación europea, en duchas y grifos, capaces de reducir el consumo de agua en más de un 40 % sin afectar a la presión ni al confort del cliente. Esta medida, ya implementada en varios de sus establecimientos, se extenderá progresivamente al resto del porfolio, como ejemplo claro de cómo integrar prácticas responsables sin sacrificar la percepción de valor, clave en el desarrollo del concepto del turismo positivo. Una fuente de agua filtrada está disponible tanto para huéspedes como para cualquier persona que lo necesite en Sant Cugat Hotel. Esta acción forma parte de la colaboración con Closca, una start-up mediterránea que promueve hábitos sostenibles mediante productos como la botella reutilizable Closca Wave (a la venta en el propio hotel), conectada a una app con más de 240.000 puntos de recarga de agua gratuita en todo el mundo. Sant Cugat Hotel, además, forma parte activa de esta red como punto de recarga reconocido.
Con esta iniciativa se busca no sólo reducir el uso de botellas de plástico dentro del hotel, sino también contribuir a un cambio de mentalidad en torno al consumo de agua. El objetivo es facilitar el acceso al agua como bien común, fomentar la reutilización y promover un estilo de vida más consciente entre huéspedes, visitantes y la comunidad local. A través de pequeñas acciones como esta, se trabaja para integrar la sostenibilidad en el día a día de las personas, más allá de la estancia en el hotel.
Como parte de la apuesta por un turismo regenerativo, que no solo reduce sus impactos negativos, sino que fomenta la regeneración local, tanto en Wittmore Hotel como en Sant Cugat Hotel se están desarrollando pequeños espacios verdes diseñados específicamente para favorecer la biodiversidad. Jardines compuestos por especies vegetales que atraen específicamente a polinizadores como mariposas, abejas y abejorros, así como a distintas especies de aves.
Espacios que a pesar de su reducido tamaño contribuyen, aunque sea a pequeña escala, a la mejora del ecosistema en entornos urbanos.
Además, el grupo ha instalado cámaras especializadas que permiten monitorizar la fauna –principalmente aves e insectos– que las áreas escogidas logren atraer.
Desde Anima Hotels se reconoce que estos jardines por sí solos no representan un cambio estructural, pero suponen una primera semilla dentro de una visión a largo plazo que apuesta por la convivencia activa con la naturaleza en entornos urbanos. La cadena defiende que la biodiversidad es un pilar clave para la regeneración que impulsa el nuevo concepto de turismo positivo, donde el valor no solo se mide en experiencias, sino también en el impacto positivo que se deja en el territorio.
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