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  • Gastronomía

    Antoni Tàpies, en obra y postre en el Grand Hotel Central de Barcelona

    Postre-TapiasVanguardia del siglo XX. Armonía combinativa entre tradición e innovación. Dos maneras de comunicar y complacer que se dan la mano este verano. El primero pone el continente; el segundo, el contenido. El Gallery del City Restaurant del Grand Hotel Central de Barcelona expondrá durante tres meses una docena de obras del artista catalán Antoni Tàpies, que se podrán maridar durante el mismo periodo con el postre homenaje que el chef local, Alberto Vicente, tributa en forma gastronómica al barcelonés universal.

    Se trata de un homenaje a los colores del artista, a sus formas y estilo, y a su catalanidad a través de un bizcocho de chocolate y ratafia, crema de limón y té verde matcha. Presentado en forma de cruz –realizada a base de chocolate negro al 80% con lima–, recuerda figuras del artista, y se completa con sorbete de frambuesa y crema de limón, para dotarlo de un punto fresco, “alegre, como Tàpies”, comenta Vicente. Su obra en el plato.

    El postre maridará con la exposición del barcelonés expuesta en el espacio Gallery del restaurante. Se trata de una serie de grabados de la última época del artista que se podrán ver del 1 de julio al 21 de septiembre. Creu encolada, Cor vermell, Signes i òxid, Vuit i tres ics o Autoretrat II. Hasta nueve grabados originales que la Fundación Tàpies de Barcelona ha cedido al Grand Hotel Central gracias al acuerdo de colaboración firmado por ambas entidades.

    Un viaje sensorial de verano
    Como si el arte de Tàpies hubiera influido, el director de Alimentos y Bebidas del hotel, Sergi Fernández, y el chef del City Restaurant, Alberto Vicente, encaran el buen tiempo con giros de carta para despertar sensaciones, y la querencia por el sabor del primero y el conocimiento de los colores y los aromas de la culinaria asiática del segundo.

    Merluza a la brasa con curri, coco y ñoquis de yuca; parmigiana de verano con berenjena, tomates y albahaca, y tiramisú de té matcha pueden erigir un menú veraniego y sensorial, un menú que sigue hablando de Barcelona y del mundo, representando las ideas que transmite el restaurante y el hotel que lo aloja. Un giro gustativo, moderno, a una carta de corte clásico, donde perviven, y lo seguirán haciendo, productos y maneras de ciudad con, por ejemplo, croquetas de pollo al ast, canelones de aguacate con bogavante o arroz meloso con gambitas rojas y colmenillas.

    Alberto Vicente se ha hecho a la cocina y la empatía con el nuevo jefe de sala –Joaquim Palet, ex jefe de sala en el Hotel Arts– y Sergi Fernández se nota tanto en boca como en la experiencia que uno vive en el restaurante. Con la base consolidada, se dejan ir, prueban y descartan para escoger bien con la vista puesta en las murallas pretéritas y en las calles del Born que circundan el hotel.