Son muchos españoles los que han aprovechado el periodo estival para ver jugar a La Roja y aprovechar para visitar Brasil. La selección española ha hecho las maletas antes de lo previsto pero los seguidores que continúan de vacaciones no se deben entristecer por lo ocurrido, sino pensar en lo que Brasil todavía puede ofrecer: ciudades con encantos culturales y atractivos naturales.
Según el Ministro de Turismo, Vinicius Lagaes, “Brasil espera que, durante la Copa del Mundo, alrededor de 300 ciudades sean visitadas”. Para aquellos que iban a seguir los pasos de la selección española, y ya tienen el billete de avión y hotel, les proponemos alternativas fuera del aspecto futbolístico en los destinos donde la Roja iba a dejar huella: Rio de Janeiro en el sureste, la céntrica ciudad de Belo Horizonte o Recife en la costa pernambucana.
La arquitectura alternativa de Rio de Janeiro
La ciudad carioca claramente identificada por su famoso Cristo Redentor, la kilométrica Praia de Copacabana o el llamativo Pão de Açucar, posee además otros atractivos turísticos. El barrio de Santa Teresa, conocido como el “Montmartre carioca”, conserva edificios antiguos y es una zona donde muchos artistas viven y tienen sus talleres. Ejemplo de ello fue Jorge Selarón, autor de las famosas escaleras llamadas escadaria Selaron, todo un ícono en la capital carioca. En el año 1990 el artista chileno decidió utilizar mosaicos de diferentes países convirtiendo el espacio en un punto de interés por su creatividad y colorido. Esta escalera, compuesta por 215 azulejos y famosa por ser escenario de videoclips, conecta el barrio de Santa Teresa con el barrio de Lapa.
Centro de reunión de tiendas vintage y barrio bohemio, Lapa es un referente en la vida nocturna carioca, y un lugar de tradición de los habitantes de Río de Janeiro. Sus vistosos parques, y la obra arquitectónica del acueducto da Carioca, más conocido como los arcos de Lapa, son muestra de la riqueza cultural de la ciudad.
Los encantos naturales de Recife
Referencia en el litoral Pernambucano, Porto Galinhas fue considerada en el siglo XVI el epicentro del comercio de esclavos en América del Sur. Los esclavos eran transportados clandestinamente en las embarcaciones portuguesas entre las jaulas de gallinas que llevaba el barco. “Puerto Gallinas”, calificado como uno de los destinos más apetecibles del nordeste brasileño, posee cerca de 18 kilómetros de playa de arena blanca con aguas cálidas y mar transparente.
Cuando la marea está baja se forman las conocidas piscinas naturales entre los corales de la playa, que alcanzan dimensiones de 100 metros. Una de las más famosas es la playa de Muro Alto, gracias a este fenómeno natural, el turista podrá bucear y descubrir la belleza de la flora y fauna marítima. Otro lugar para poder contemplar animales acuáticos como cangrejos o caballos marinos es el Pontal de Maracaipe.
Belo Horizonte y la feria de artesanía Afonso Pena
Un lugar donde el turista conocerá de primera mano la cultura brasileña es la feria de arte y artesanías de Afonso Pena en Belo Horizonte. Esta muestra tiene lugar en la Avenida Afonso Pena y acoge cada domingo a más de 50.000 personas y cerca de 3.000 expositores. Con más de 40 años de vida, es uno los eventos más importantes los fines de semana en la capital minera donde el turista podrá encontrar ropa, complementos, calzado o la artesanía más característica del estado de Minas Gerais.
Asimismo, en la capital de Minas Gerais el viajero se verá atraído por su gastronomía. Belo Horizonte posee una excelente red de restaurantes donde el turista podrá disfrutar la cocina minera en todos sus barrios. Platos típicos como leitão à pururuca (cochinillo deshidratado y preparado, frito en aceite y servido como una tapa crujiente), o el tutu de feijão (frijol licuado con harina de mandioca) son ejemplos de lo que el turista se encontrará en la ciudad con más bares por habitante de todo Brasil.
Puede que en el ámbito deportivo el aficionado español se haya quedado decepcionado e incluso haya pensado en volver antes de lo esperado, pero con la oferta natural y cultural que ofrece el país, el turista tiene motivos para no regresar y aprovechar las vacaciones en el país tropical.