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    Cancelaciones y vuelos más impuntuales, consecuencias de la escasez de personal y la inflación

    El difícil entorno ha afectado a la rentabilidad de las empresas del sector que se enfrentan a trastornos como la escasez de mano de obra y una inflación al alza que está aumentando los gastos de explotación, sobre todo del combustible.

    Cómo el encarecimiento del crudo afecta al precio del combustible para aviación

    Oliver Wyman, compañía global de consultoría estratégica, ha publicado los resultados de su Airline Economic Analysis 2021-2022, que, por segundo año consecutivo, plasma las circunstancias operativas más singulares de la historia de la aviación, que se inició en 2020 con la pandemia y aún hoy continúa, debido al conflicto en Ucrania y otros factores coyunturales.

    El difícil entorno ha perturbado la planificación y las operaciones, afectando a la rentabilidad de las empresas del sector. Entre los mayores trastornos relacionados con este escenario, se encuentran la escasez de mano de obra, que dificulta la satisfacción de la creciente demanda por parte de las aerolíneas, así como una inflación al alza que está aumentando los gastos de explotación, sobre todo del combustible.

    Otro impacto provocado por el contexto geopolítico es el uso del espacio aéreo ruso para trazar rutas. Muchas compañías aéreas dependen del acceso al espacio aéreo ruso para operar vuelos de larga distancia entre puntos fuera de Rusia. Evitar el espacio aéreo ruso supone una mayor duración de los vuelos, lo que se traduce en mayores costes de combustible y tripulación. Para evitar estos costes adicionales, varias aerolíneas optaron por suspender las rutas que dependían del espacio aéreo ruso sin ofrecer alternativas directas.

    Aunque los aviones vuelven a volar y millones de personas parecen dispuestas a viajar, las operaciones han sufrido retrasos e incluso desórdenes por problemas de personal o de la cadena de suministro.

    Un sector aún en recuperación

    El volumen de la demanda de viajes aéreos se ha ido recuperando casi sin parar desde la primavera de 2021. Aunque el tráfico diario de pasajeros en los aeropuertos, por lo general, aún no ha alcanzado los niveles de 2019, se va acercando poco a poco.

    Aunque a principios de mayo los viajes de negocios en EE.UU. seguían estancados en un 31% por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, las compañías aéreas estadounidenses esperan que el segundo trimestre haya sido uno de los más fuertes en mucho tiempo, tras unos activos meses de abril y mayo.

    Aunque esto parece una buena noticia para las aerolíneas americanas y europeas, el auge ha venido acompañado de algunas complicaciones difíciles de resolver, como dificultades para satisfacer la demanda y, como ya se ha visto durante los meses de verano, largas colas de facturación y seguridad, además de retrasos en la recogida de equipaje.

    La temporada estival, en la que la demanda ha aumentado considerablemente, tan sólo ha exacerbado los cuellos de botella que han ido surgiendo en aeropuertos de todo el mundo.

    Se necesitan más trabajadores

    Uno de los retos más inmediatos a los que se enfrenta el sector de la aviación en la actualidad es la escasez de mano de obra. La escasez se hace notar en todas las categorías: desde pilotos hasta operarios de equipajes, pasando por personal de tierra, auxiliares de vuelo o mecánicos aeronáuticos. Además, se ha detectado escasez de controladores aéreos, fuerzas de seguridad e, incluso, de proveedores que abastecen tanto a aerolíneas como a aeropuertos.

    El problema no parece, además, que pueda solucionarse a corto plazo: dado que estos trabajadores son responsables de la vida de millones de viajeros cada día, todos deben pasar por exhaustivos controles de antecedentes, drogas y aptitudes. Las condiciones son especialmente estrictas para pilotos y mecánicos que, además, necesitan contar con una amplia certificación que requiere cientos de horas de formación.

    Debido a esta escasez, se han pospuesto vuelos durante horas y se han cancelado otros tantos. En 2021, la tasa de llegadas a tiempo dentro de los 15 minutos de cortesía previstos en EE.UU. cayó del 86% en febrero al 75% en julio. En 2022, la puntualidad ha sido igualmente decepcionante. En febrero, los últimos datos disponibles, la puntualidad de las aerolíneas fue del 76,8%, siete puntos porcentuales menos que el dato anterior en noviembre de 2021. Ya este año, las aerolíneas han optado por recortar los horarios de los vuelos debido a la falta de personal.

    Además de las tripulaciones de los aviones, también hay muy poco personal disponible capacitado para reparar las aeronaves. El 85% de los altos ejecutivos que participaron en la encuesta anual de Oliver Wyman sobre mantenimiento, reparación y revisión (MRO, por sus siglas en inglés) calificó la dificultad para realizar nuevas contrataciones como su mayor reto.

    Especialmente en Norteamérica, las aerolíneas se han esforzado por encontrar suficientes pilotos después de que muchos se jubilaran o se acogieran a la jubilación anticipada durante el Covid. Oliver Wyman proyectó recientemente un déficit oficial de más de 8.000 pilotos en la región para 2023, y se espera que las aerolíneas regionales que prestan servicio en ciudades más pequeñas sean las que más dificultades presenten a la hora de encontrar personal para pilotar sus aviones.

    Aumento de los costes

    Los problemas de personal, teniendo en cuenta que desemboca en reducción, retrasos y cancelación de vuelos, hacen más difícil que las aerolíneas obtengan beneficios. Todo ello, unido a que en este momento las aerolíneas se están enfrentando a picos de combustible significativamente más altos y al aumento también de los costes laborales, supone una considerable subida de los costes de explotación para las compañías aéreas.

    En marzo, tras la invasión rusa de Ucrania, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) emitió un comunicado en el que advertía de que las pérdidas de las aerolíneas probablemente aumentarían en 2022 debido a los precios del petróleo. Varios meses antes, la asociación había previsto pérdidas de 11.600 millones de dólares, pero teniendo en cuenta un precio de 78 dólares por barril. A partir de marzo, el combustible para aviones se cotiza a más de 140 dólares el barril.

    Además, el conflicto, y las sanciones comerciales impuestas a raíz del mismo, están ejerciendo una presión adicional sobre los mercados de materias primas y las cadenas de suministro, que debido a ello presentan dificultades e inflación. Una de las materias primas afectadas es el titanio, vital para el sector aeroespacial, aunque también vemos escasez de semiconductores e incluso de vehículos necesarios para realizar las operaciones aeroportuarias.

    La era del transporte aéreo de mercancías

    Una actividad en auge para las aerolíneas desde la pandemia han sido los vuelos de carga, que se han convertido en una fuente de ingresos sustancial para las aerolíneas de todos los tamaños. Los vuelos destinados a transporte de carga fueron el único flujo de ingresos de la aviación que superó los niveles anteriores a la pandemia durante la misma.

    El transporte aéreo de mercancías ha representado históricamente una parte ínfima del volumen total de la carga mundial. En 2021 y 2022, la carga aérea se ha expandido. Ese crecimiento en el volumen se debe, principalmente, a un pico en el volumen de comercio electrónico, una mayor demanda de entrega nocturna y la escasez de conductores de camiones, que han empujado a las empresas logísticas a explorar otras vías.

    Además, debido a la alta demanda y a la propia escasez de personal, las tarifas de envío aéreo aumentaron, lo que incentivó a las aerolíneas a aumentar su capacidad de carga todo lo que les fue posible, por lo que el aumento de los rendimientos fue considerable. De hecho, en 2021, la capacidad de carga creció un 16%, mientras que la demanda aumentó un 18%. Esa discrepancia entre demanda y capacidad dio lugar a un número récord de conversiones de aviones de pasajeros en aviones de carga.

    La capacidad de carga de las aerolíneas probablemente crecería aún más rápido si la de los viajes transoceánicos, que operan los aviones de fuselaje ancho, fuera mejor. Un mayor número de aviones de fuselaje ancho destinados a carga aumentaría la capacidad de las bodegas, que actualmente sigue siendo escasa.

    Objetivo cero emisiones

    Crecimiento global de la flota de aviones comerciales y de las emisiones de CO2 asociadas hasta 2030

    En un horizonte cercano está el objetivo mundial de alcanzar las cero emisiones netas de carbono en 2050. Más que cualquier otro medio de transporte, este objetivo es especialmente problemático para la aviación, ya que la tecnología que podría permitir a la industria eliminar, o al menos reducir significativamente, su dependencia de los combustibles fósiles está aún en desarrollo y no se esperan resultados eficaces hasta la década de 2030.

    Mientras tanto, la aviación se enfrenta a la perspectiva de un aumento de las emisiones basado en el crecimiento previsto de la demanda de viajes aéreos en un momento en el que se dice al resto de la economía mundial que debe reducir sus emisiones a la mitad en menos de 10 años.

    Para intentar reducir su huella de carbono, las aerolíneas tendrán que recurrir al combustible de aviación sostenible (SAF), un 80% menos intensivo en carbono que el combustible convencional. El problema con esta conversión es que apenas hay capacidad para cambiar el 10% del consumo de combustible de la flota mundial de aviones a SAF. Sin embargo, el cálculo de Oliver Wyman asegura que las compañías aéreas de todo el mundo tendrían que incorporar un 15% de SAF en su mezcla de combustible sólo para compensar las emisiones en 2030.

    Aunque es probable que la búsqueda de la reducción neta de emisiones suponga una carga para la aviación a medida que se acerque el año 2030, las perspectivas actuales del sector son ciertamente mejores que las de hace un año debido al aumento de la demanda y los ingresos. Sin embargo, dada la escasez de mano de obra y el aumento del precio del combustible y otros costes, las aerolíneas continuarán teniendo que enfrentarse a complejos retos y adversidades en los próximos años.

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