Después de Florencia, ha llegado Milán. Para Casual Hoteles, Italia es un mercado prioritario. Por ello la cadena temática española ha elegido la capital del diseño para proseguir su expansión y lo ha hecho con el Casual Eclettico Milano que, tras incorporarse este año a la cadena española bajo régimen de alquiler, abrió sus puertas el pasado mes de febrero.
El responsable de su interiorismo ha sido, al igual que ya sucedió con el hotel Casual Rinascimento Firenze, el estudio Rizoma Architetture, fundado en Bolonia en 2009 por el arquitecto Giovanni Franceschelli, y especializado, principalmente, en el desarrollo de innovadores proyectos hoteleros y de restauración.
Para redecorar el hotel Casual Eclettico Milano y sus 43 habitaciones, el estudio Rizoma Architetture se ha inspirado en la estética disco de los años 80 y en algunos de los artistas italianos más reconocidos de esa época como Ettore Sottsass, arquitecto fundador del grupo Memphis, conocido por desafiar las convenciones a través de una estética posmoderna; y Elio Fiorucci, quien supo combinar la ropa con la cultura pop, convirtiéndose en símbolo de vanguardia y estilo.
Ubicado en el conocido Corso Buenos Aires, cerca de la Estación Central de Milán y del Duomo, y junto a Porta Venezia, el nuevo Casual Eclettico Milano se ha querido mimetizar con su icónico barrio, conocido por su vitalidad nocturna y por su estética ecléctica, que combina la elegancia de las fachadas Art Nouveau de finales del siglo XIX con el atrevimiento y los elementos geométricos de la estética disco de los años 80.
Así, el interior de Casual Eclettico Milano es una explosión de colores que se pone en valor al mezclarse con llamativos vinilos, papel pintado y expresiones típicas de la época. El toque sublime lo ponen luces y neones que evocan el gusto por el brillo de los 80, un mobiliario de líneas rectas, y esculturas de animales que acentúan el carácter disruptivo de la estética pop.
Pero si hay algo disruptivo en Casual Eclettico Milano es su fachada total black, que hace que muchos lo conozcan en la capital de la moda como el «hotel negro»; y el antiguo fotomatón que la jalona, invitando a los visitantes a inmortalizar su paso junto a él.
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