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    Cuatro tendencias que encara la recuperación turística

    Si 2020 fue el año en que se congeló la libertad de viajar, este verano se vislumbra un deshielo gradual en algunas partes del mundo. Además, ante las grandes diferencias entre los continentes, la recuperación será variada y fragmentada. A pesar de ello, los datos sobre hoteles de Amadeus confirman la confianza de los viajeros en la industria, ya que las reservas netas han aumentado en un 60% desde principios de año.

    Aunque estas cifras ofrecen una visión optimista del futuro de los viajes a largo plazo, la llegada de la pandemia ha obligado a las personas a cambiar completamente la manera en la que viven su día a día y, así también, su forma de viajar. En este sentido, el mapa turístico actual es casi irreconocible en comparación con el del 2019 o el de 2020.

    Gracias al gran volumen de datos que Amadeus tiene a su disposición, la compañía ha podido identificar cuatro tendencias que, probablemente se mantendrán a lo largo de 2021 apuntalando la recuperación del sector.

    Viajes burbuja: Cómo facilita el sector turístico la seguridad en los desplazamientos
    La seguridad se ha vuelto un elemento fundamental en el turismo actual, y los llamados bubble travel (viajes burbuja) suponen importantes implicaciones para los pasaportes sanitarios. Un estudio reciente de Amadeus reveló que más del 90% de los viajeros se sentirían cómodos utilizando un pasaporte sanitario digital para futuros viajes.
    Las agencias de viajes están desempeñando un papel clave en la creación del paquete de burbujas perfecto para los viajeros. Los datos de Amadeus muestran un ligero aumento de los viajes “paquetizados”, tanto a nivel online como offline, especialmente para las personas que viajan juntas como familias o grupos con niños.

    Viajes de trabajo: La creciente viabilidad de una vida laboral nómada y flexible
    Si la forma de trabajar está cambiando desde hace algunos años, el proceso se ha visto acelerado por la combinación de una pandemia mundial y el auge de las videoconferencias. Así, hay una nueva generación de nómadas digitales que han dejado atrás la oficina por un modelo de trabajo desde cualquier lugar.

    El concepto conocido por algunos como bleisure –individuos que combinan el ocio con las obligaciones profesionales cuando están en el extranjero–, ha evolucionado a las llamadas workcations. Una encuesta reciente de Harris Poll reveló que el 74% de los estadounidenses consideraría la posibilidad de tomarse unas vacaciones de trabajo, y aunque antes eran unos pocos aventureros los que dejaban atrás lo conocido para trabajar en un hotel junto a la playa o en una casa de alquiler de larga duración en la montaña, los datos de Amadeus muestran que muchos ya lo están haciendo. En este sentido, en Francia y España se ha producido un aumento del 75% y del 52%, respectivamente, en las búsquedas de estancias de 30 días.

    La lógica de las vacaciones de trabajo es convincente, ya que éstas permiten a los viajeros reservar vuelos en momentos de menor demanda, ahorrando dinero y estrés.

    Viajes indulgentes
    Si hubo una ventaja de estar confinado en un virtual arresto domiciliario durante gran parte del año pasado, ésa fue la imposibilidad de gastar o, mejor dicho, la capacidad de ahorro. Las grandes comidas, vacaciones e incluso bodas se redujeron o cancelaron. Lo que los anglosajones llaman “fiebre de la cabina”, la sensación de hastío o de irritación debida a no poder salir de un sitio durante demasiado tiempo, está en su punto álgido.
    Los datos de Amadeus muestran que algunos de los viajes con mayor volumen de reservas se inclinan claramente hacia la indulgencia. Los parisinos, por ejemplo, encabezan la tabla de clasificación y se dirigen en gran número a los centros turísticos de playa de alta gama.

    Los franceses prefieren los paraísos caribeños de Martinica y Guadalupe, mientras que sus primos estadounidenses ponen la vista en destinos como Cancún, México y Hawái.

    Viajes conscientes: viajeros que buscan opciones de viaje más sostenibles y conscientes
    Los datos de la compañía indican que la gente está haciendo las búsquedas de sus viajes un 27% antes que en el mismo periodo de 2019. Los viajeros se toman más tiempo a la hora de planificar su próximo viaje, tanto en términos de seguridad, como de conciencia medioambiental y social en sus elecciones.

    En lo que respecta a la seguridad personal, los datos de Amadeus muestran un aumento de tres dígitos en la compra de seguros de viaje en las reservas de cara al verano, indicando que son más conscientes de su seguridad mientras viajan. Las aerolíneas y los aeropuertos han respondido a esta demanda con más tecnología “touchless” y opciones de facturación fuera de las instalaciones. Teniendo esta tendencia en cuenta, Amadeus cuenta con su ecosistema Safe Travel.

    También resulta interesante el aumento de la demanda de alquiler de coches. Según los expertos de movilidad de Amadeus, esta tendencia responde a una búsqueda de mayor seguridad personal por parte de los viajeros, optando así por desplazarse en coche privado a su destino.

    En lo que se refiere a la consciencia medioambiental y social, el estudio de Amadeus muestra que un tercio de los millennials querría ver más opciones de viaje sostenible y formas de reducir sus emisiones de carbono cuando viajan.

    Esta tendencia coloca al sector turístico en una posición de gran responsabilidad. Los consumidores buscan hacer elecciones sostenibles y más conscientes, lo que supone que a medida que los viajes se recuperan, habrá mayor presión sobre la industria para identificar qué se está haciendo para proteger al planeta y entender cómo afectan los viajes de forma positiva a las comunidades locales.

    y España se ha producido un aumento del 75% y del 52%, respectivamente, en las búsquedas de estancias de 30 días.
    La lógica de las vacaciones de trabajo es convincente, ya que éstas permiten a los viajeros reservar vuelos en momentos de menor demanda, ahorrando dinero y estrés.
    Viajes indulgentes
    Si hubo una ventaja de estar confinado en un virtual arresto domiciliario durante gran parte del año pasado, ésa fue la imposibilidad de gastar o, mejor dicho, la capacidad de ahorro. Las grandes comidas, vacaciones e incluso bodas se redujeron o cancelaron. Lo que los anglosajones llaman “fiebre de la cabina”, la sensación de hastío o de irritación debida a no poder salir de un sitio durante demasiado tiempo, está en su punto álgido.
    Los datos de Amadeus muestran que algunos de los viajes con mayor volumen de reservas se inclinan claramente hacia la indulgencia. Los parisinos, por ejemplo, encabezan la tabla de clasificación y se dirigen en gran número a los centros turísticos de playa de alta gama.
    Los franceses prefieren los paraísos caribeños de Martinica y Guadalupe, mientras que sus primos estadounidenses ponen la vista en destinos como Cancún, México y Hawái.

    Viajes conscientes: viajeros que buscan opciones de viaje más sostenibles y conscientes

    Los datos de la compañía indican que la gente está haciendo las búsquedas de sus viajes un 27% antes que en el mismo periodo de 2019. Los viajeros se toman más tiempo a la hora de planificar su próximo viaje, tanto en términos de seguridad, como de conciencia medioambiental y social en sus elecciones.
    En lo que respecta a la seguridad personal, los datos de Amadeus muestran un aumento de tres dígitos en la compra de seguros de viaje en las reservas de cara al verano, indicando que son más conscientes de su seguridad mientras viajan. Las aerolíneas y los aeropuertos han respondido a esta demanda con más tecnología “touchless” y opciones de facturación fuera de las instalaciones. Teniendo esta tendencia en cuenta, Amadeus cuenta con su ecosistema Safe Travel.
    También resulta interesante el aumento de la demanda de alquiler de coches. Según los expertos de movilidad de Amadeus, esta tendencia responde a una búsqueda de mayor seguridad personal por parte de los viajeros, optando así por desplazarse en coche privado a su destino.
    En lo que se refiere a la consciencia medioambiental y social, el estudio de Amadeus muestra que un tercio de los millennials querría ver más opciones de viaje sostenible y formas de reducir sus emisiones de carbono cuando viajan.
    Esta tendencia coloca al sector turístico en una posición de gran responsabilidad. Los consumidores buscan hacer elecciones sostenibles y más conscientes, lo que supone que a medida que los viajes se recuperan, habrá mayor presión sobre la industria para identificar qué se está haciendo para proteger al planeta y entender cómo afectan los viajes de forma positiva a las comunidades locales.