El verano de 2025 se perfila como uno de los más intensos para el turismo en España. Las previsiones de ocupación hotelera alcanzan cifras cercanas al 90 % en enclaves clave como Islas Baleares, Costa del Sol, Costa Blanca o la Costa Dorada, según datos del INE y diversas asociaciones del sector. Este escenario de alta demanda, sostenido por un aumento del 9,3 % en el gasto turístico y del 10,1 % en pernoctaciones en el primer cuatrimestre del año, plantea un desafío operativo importante para la industria hotelera.
En este contexto, la gestión del textil cobra una relevancia crítica. Hablamos de sábanas, toallas, uniformes o textiles complementarios que forman parte del día a día de cualquier establecimiento y cuya disponibilidad y estado inciden directamente en la percepción del cliente. La experiencia del huésped no se limita al trato o a la ubicación: la limpieza, la comodidad y el aspecto del entorno inmediato son factores que se valoran, y reseñan, cada vez más.
Según datos de ReviewPro, el 55 % de las valoraciones positivas mencionan directamente la limpieza de la ropa de cama, mientras que cuatro de cada diez críticas negativas apuntan a deficiencias en este ámbito. Una sábana mal presentada o un error en la entrega puede desencadenar una reacción en cadena: insatisfacción, impacto en la puntuación on line y pérdida de reservas futuras.
Ante esta realidad, cada vez más alojamientos revisan su planificación textil antes del verano. La logística tradicional ya no basta: se requieren sistemas que permitan anticipar, adaptar y responder a los picos de ocupación. La trazabilidad, la flexibilidad operativa y la eficiencia en los tiempos de respuesta se convierten en elementos estratégicos.
En este escenario, Ilunion TextilCare, perteneciente al Grupo Social ONCE, se ha consolidado como uno de los operadores de referencia en el sector. Con más de 30 años de experiencia, una red de 45 plantas en España y presencia internacional en Portugal y Colombia, la compañía colabora con destacadas cadenas hoteleras, entre ellas Barceló y NH. En el último ejercicio, procesó una cifra récord de ropa de 242.960 toneladas, que evidencia la dimensión y capacidad operativa de su modelo, con previsiones de crecimiento sostenido para el verano y cierre de año.
Para hacer frente al incremento de la demanda en temporada alta, ha puesto en marcha medidas específicas, como refuerzo de la red logística estacional, con planificación por zonas turísticas y tramos de ocupación; sistemas de trazabilidad en tiempo real, que permiten controlar el flujo de textil desde la recogida hasta la entrega, y producción flexible, ajustada a la localización, tipología del establecimiento y comportamiento histórico de reservas.
A esto se suma una capacidad de anticipación basada en datos, que permite prever picos de actividad con semanas de antelación, optimizando la asignación de recursos y reduciendo el margen de error en los momentos críticos.
Este enfoque se enmarca en un modelo que integra criterios económicos, sociales y ambientales. En el caso de Ilunion TextilCare, esto implica generar empleo para personas con discapacidad, contribuir al desarrollo de zonas rurales y apostar por una gestión más inclusiva y responsable, alineada con el propósito compartido de construir un mundo mejor con todos incluidos.
En periodos de máxima ocupación, el textil deja de ser un detalle silencioso para convertirse en un indicador directo de excelencia operativa. Prepararse no es opcional: es la única forma de asegurar que, pese a la presión, cada habitación esté lista para ofrecer su mejor versión.
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