
El 35% del turismo en nuestro país ya es gastronómico y hasta el 89 % de los turistas busca en sus vacaciones experiencias culinarias tradicionales, según datos compartidos en la 7ª edición del HIC Summit 2025. Un evento que se ha centrado en el papel de la gastronomía sostenible en el turismo del futuro, con la participación de varios chefs reconocidos y un enfoque especial en la Estrella Verde Michelin.
Y es que la gastronomía juega, cada vez más, un papel fundamental en la promoción turística, y España ha encontrado en el turismo gastronómico una herramienta de reinvención hacia un modelo más sostenible
«El producto local necesita un escaparate», defiende Elisa Hernández, jefa de sala de Es Tragó (Ibiza), uno de los restaurantes ibicencos que mejor apuesta por el producto 100 % local y kilómetro 0 durante la jornada inaugural del HIC Summit 2025: «El visitante viene buscando la autenticidad del lugar».
De hecho, el evento que este año se ha celebrado en Ibiza, ha girado alrededor de la charla y posterior showcooking de cuatro estrellas Michelin: Chef Xune Andrade (Asturias), Joan Capilla (Catalunya), Randy Siles (Costa Rica) y Nacho Solana (Cantabria). Actualmente, España cuenta con 377 Denominaciones de Origen, Indicaciones Geográficas Protegidas e Indicaciones Geográficas, y 291 restaurantes reconocidos con Estrellas Michelin: “Nuestra marca una tendencia culinaria excelsa”, asegura Rafael Ansón, presidente de la Asociación Española de Gastronomía, quien, además, ha recibido el Premio HIC Talentum 2025.
Especialmente significativo es el caso del Chef Xune Andrade, quien logró la Estrella Michelin en noviembre de 2022 en su pequeño restaurante de la localidad de San Feliz (23 habitantes): “Nos ha permitido una revitalización de una zona claramente despoblada, con un acceso del turismo al restaurante hasta la fecha inexistente”. Su oferta culinaria se ha basado en un producto 100% de temporada y tradicional, como es la albóndiga de vaca con caldo de manzana y avellana.
Por su parte, Joan Capilla tiene en su local en el Delta de l’Ebre una propuesta basada en una especia autóctona y que actualmente está en escasez: suquet de anguila encurtido de calabaza y cebolla. “No podemos comer el mismo producto en toda España, y lo hemos de empezar ya a entender”, argumenta en su apuesta por lo local: “No hay innovación sin tradición”.
En esta misma línea se posiciona Nacho Solana a partir de su experiencia en Cantabria: “La tradición se ha mejorado con la innovación”. Aun así, Solana quiere poner de manifiesto la problemática actual respecto a la legislación: “Podemos pescar trucha para un consumo local, pero cuando queremos traspasarlo a la gastronomía como actividad económica, nos encontramos con muchísimas trabas administrativas”.
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