Cada vez más empresas están apostando por organizar eventos corporativos como herramienta estratégica para fortalecer equipos, motivar el talento y transmitir los valores de marca. En un momento en el que el trabajo híbrido y la digitalización han fragmentado las relaciones laborales, estos encuentros presenciales han recuperado un papel protagonista, no solo por su componente social, sino también por su valor transformador dentro de la cultura organizativa.
El auge de esta tendencia está respaldado por cifras que reflejan el dinamismo del sector. Según datos del Grupo Eventoplus, el 76 % de las agencias de eventos en España ha visto aumentar su facturación, con un crecimiento medio del 13 % respecto al año anterior. Además, se espera un incremento del 4,3 % en la inversión para 2025. La tendencia se confirma: el 73 % de las empresas ya ha incrementado el peso de los eventos en sus estrategias de marketing. Un impulso que repercute en un ecosistema que emplea a más de 87.000 personas y genera 12.000 millones de euros, según AEVEA (Asociación de Agencias de Eventos de España).
A ello se suma el crecimiento sostenido del sector de eventos y marketing experiencial, con un 22 % de las compañías facturando más de 20 millones de euros en 2023 y un incremento general del 8,5 % en el volumen de negocio de la industria MICE respecto a los niveles prepandémicos. Las previsiones para 2024 son igualmente optimistas: se espera un crecimiento de entre el 5 % y el 10 %, impulsado por la recuperación de ferias de referencia y la estabilidad en la generación de eventos, que en 2023 se situó en 100 eventos de media por agencia, según el informe anual de AEVEA.
Yolanda Gómez, especialista en eventos corporativos y cultura de empresa, explica las claves de este auge: «Las organizaciones han comprendido que para que un equipo esté comprometido, primero debe estar cohesionado. Y la cohesión no se construye en una videollamada. Se construye compartiendo experiencias, saliendo del entorno habitual y conectando desde lo humano».
Aunque muchas compañías aún caen en el error de centrarse únicamente en la parte recreativa, los eventos corporativos bien diseñados van mucho más allá y se convierten en una herramienta estratégica para trabajar valores, identificar fortalezas individuales y colectivas, y desarrollar habilidades clave como el liderazgo, la comunicación o la gestión del cambio.
«El mayor error es pensar que basta con una actividad divertida. El éxito está en encontrar el equilibrio entre disfrute, conexión y propósito. Un buen evento transforma, no solo entretiene», señala Yolanda Gómez.
Este potencial transformador cobra aún más relevancia en un contexto marcado por el teletrabajo y la desconexión digital, donde la presencialidad recupera protagonismo por su capacidad de generar vínculos reales. Según datos de AEVEA, el 72 % de los eventos corporativos organizados en 2024 fueron presenciales, frente al 18 % híbridos y solo un 10 % on line, confirmando que el contacto humano y el impacto emocional del cara a cara siguen siendo insustituibles para fomentar la cohesión y el sentido de pertenencia.
El sector de los eventos corporativos continúa su evolución con propuestas cada vez más alineadas con los valores, el bienestar y el propósito de las organizaciones. De cara a 2025, se consolidan tendencias que no solo buscan cohesionar equipos, sino también generar experiencias significativas con impacto real.
Entre las actividades más eficaces para motivar y fidelizar talento destacan los teambuildings de alto impacto, experiencias culinarias colaborativas, gymkhanas en entornos singulares, urban tours (especialmente pensados para equipos internacionales) o dinámicas centradas en las fortalezas individuales. Además, ganan protagonismo las iniciativas con propósito social o medioambiental, como la construcción de juguetes para niños en situación de vulnerabilidad, la recuperación de espacios naturales o las competiciones con fines solidarios, que permiten reforzar el sentimiento de pertenencia mientras se contribuye al bien común.
La tecnología también marca el paso. La realidad virtual irrumpe con fuerza en las dinámicas de equipo, ofreciendo entornos inmersivos que estimulan la colaboración, la creatividad y la resolución de problemas de forma innovadora y memorable.
En paralelo, el bienestar se posiciona como un eje central en la planificación de eventos. Las empresas apuestan por propuestas que fomentan el equilibrio emocional y mental como vía para mejorar el clima laboral y el rendimiento colectivo: retiros corporativos, sesiones de mindfulness o actividades enfocadas en la desconexión consciente se integran cada vez más en la agenda empresarial.
Por último, se refuerza la tendencia de celebrar eventos en entornos inspiradores alejados del espacio habitual de trabajo. Espacios que estimulan la conexión emocional y refuerzan los valores de marca, desde centros deportivos de alto rendimiento como el CAR de Sant Cugat hasta escenarios naturales que invitan a la reflexión y el encuentro humano.
Información facilitada por Synergie
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