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  • REVISTA GRAN HOTEL PREMIOS ROCA
  • Gastronomía

    El Jardín del Santo Mauro revoluciona el agosto madrileño con su propuesta más chic

    La elegante propuesta del restaurante, capaz de reponer cuerpos y ánimas a base de gastronomía, cócteles, música y refrescante sombra bajo sus árboles centenarios, acentúa su excepcionalidad durante el verano gracias al calmado espíritu agosteño de la capital.

    A pesar de que en los últimos tiempos los nuevos patrones vacacionales hacen difícil ver una ciudad completamente vacía durante los meses de verano, el agosto madrileño aún sigue permitiendo a sus vecinos y visitantes disfrutar del rostro más relajado que ofrece la ciudad en todo el año. Sin embargo, el vigor de esta vibrante urbe no disminuye ni siquiera cuando el calor aprieta, por lo que en estos días se hace más necesario que nunca disponer de un refrescante refugio en el que poder reponer cuerpos y ánimas tras una tórrida jornada de actividad.

    Por eso, el Jardín de Santo Mauro el más recoleto place to be del verano madrileño y una verdadera joya decimonónica que durante todo el año ofrece solemnidad y pausa entre fuentes y árboles históricos, se convierte en estos días en el lugar perfecto para refrescarse, desconectar y vivir una experiencia inolvidable en buena compañía.

    Este elegante oasis en pleno corazón de Madrid, que durante todo el año atrae a los más donosos disfrutones de la capital con una singular y aristocrática propuesta en torno a la gastronomía, los cócteles y la música, se reafirma durante el verano como el más selecto protagonista estival del ocio y el disfrute capitalino.

    Con acceso propio desde el número 19 de la madrileña calle de Almagro, este coqueto rincón del conjunto palaciego de los duques de Santo Mauro no sólo pone a disposición de sus clientes la excepcional propuesta gastronómica del hotel en todas sus vertientes, desde las más formales a las más ligeras -valgan como ejemplo sus tostas de anchoas, su ensaladilla rusa de claras y buey de mar, sus croquetas de gambas y de cecina, su säam de anguila madurada o sus famosos bikinis de lomo ibérico y queso comté, toda una leyenda del renovado Santo Mauro-, sino que plantea una completa propuesta capaz de conquistarnos a través de todos los sentidos. La música en directo, la sombra centenaria de su histórica foresta, el rumor del agua, el artesanal cuidado de los detalles por parte del personal del hotel y, ¿por qué no?, unos combinados de la renovada carta de su coctelería–o alguno de los exóticos cócteles personalizados a medida por sus mixólogos– para compartir cuando cae la tarde son algunos de los ingredientes que consiguen que una visita veraniega a este jardín sea una experiencia completa e inolvidable.

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