Nacida en la Barcelona postolímpica, esta joven chef lidera la propuesta gastronómica del restaurante Batuar, ubicado en uno de los hoteles cinco estrellas con más encanto de la Ciudad Condal: el Cotton House. Sin raíces familiares en la hostelería, a los 14 años decidió que quería ser cocinera y no ha parado desde entonces. Las nuevas generaciones viene pisando fuerte y Eva de Gil es un claro ejemplo.
–¿Cuándo y por qué decidiste ser cocinera?
–Decidí ser cocinera a los 14 años, cuando empecé a trabajar en la hostelería. Fue pura vocación, nadie de mi familia se dedica a la hostelería y tanto para ellos como para mí era un mundo desconocido.
–Estudiaste hostelería en Hofmann, una escuela mítica en Barcelona. ¿Qué recuerdos guardas de esa etapa de formación? ¿Cómo fue estudiar a las órdenes de la desaparecida Mey Hofmann?
–Efectivamente, la Escuela Hofmann de hostelería es una de las más prestigiosas de Barcelona e incluso a nivel internacional. Personalmente, a pesar del esfuerzo económico que esto implicó tanto a nivel personal como familiar, fue una de las mejores decisiones que tomé. Me dieron una educación muy completa. Para mí, poder estudiar a las órdenes de Mey Hofmann era un auténtico placer ya que la idolatraba incluso antes de llegar a la escuela.