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    Hidden Away abre hotel de lujo en Granada

    El último proyecto de la cadena Hidden Away Hotels, que nació en Mallorca y está considerada una de las más innovadoras del sector de lujo, es un ciinco estrellas gran lujo, con interiorismo del neoyorkino David Rockwell: cuenta con 21 espaciosas habitaciones, spa, coctelería, una gran terraza en la azotea con vistas a la Catedral y un restaurante de cocina de proximidad. 

    Fotos: Manolo Yllera

    Con hoteles en Mallorca, Madrid y Sevilla, la cadena Hidden Away Hotels desembarca ahora en Granada con la apertura de un nuevo establecimiento que viene a redefinir el panorama hotelero de la ciudad.

    Adscrito al sello de calidad Small Luxury Hotels, referente mundial en el sector de hoteles de lujo independientes, Seda Club Hotel es un homenaje al lujo secreto del arte de vivir español, a la historia y la autenticidad de la experiencia local que alberga, en sus 2.200 m2 distribuidos en cuatro plantas, 21 habitaciones y suites equipadas con todos los detalles.

    Con un interiorismo a cargo del despacho de arquitectura de David Rockwell (famoso por sus montajes de escenografías en Broadway); una zona wellness con piscina interior de hidromasaje, ducha de sensaciones y cabina de tratamientos; una imponente terraza con vistas a la catedral y coctelería; un restaurante del más alto nivel, y una importante colección privada de arte contemporáneo con obras de galardonados artistas en la Bienal de Venecia que han expuesto en el MoMA de Nueva York que gira en torno a la Ruta de la Seda y al destacado papel de la ciudad de Granada en esa artesanía a nivel mundial en el siglo XV.

    Un hotel integrado en la ciudad

    Seda Club Hotel es un tributo al secreto arte de vivir el lujo de Hidden Away Hotels, marca fundada en 2010 por Ignacio Jiménez Artacho y Carmen Cordón que engloba ya otros cinco establecimientos de renombre: Posada Terra Santa y Samaritana Suites, en Mallorca; Gran Hotel Inglés, en Madrid, y Gravina 51, en Sevilla.

    Con esta apertura se consolida el ambicioso proyecto de sus fundadores de crear una cadena de hoteles singulares, Hidden Away Hotels, cuya filosofía consiste en la pasión por el descubrimiento de lugares con identidad propia que han quedado relegados al abandono con el paso del tiempo, a los que devolver su antiguo esplendor. 

    «Un hotel debe ser un espacio que rezume la autenticidad de la ciudad que se visita, donde la verdadera comodidad vaya de la mano del lujo y la profesionalidad exquisita en el servicio. Un sitio en el que uno se sienta siempre acogido como un invitado de honor, con la cordialidad y la cercanía que definen el carácter español», declara Carmen Cordón, socia fundadora de Hidden Away Hotels.

    Exdirectivo de la cadena Barceló y granadino de pro, Jiménez asegura que este hotel «nos hace especial ilusión porque Granada es mi tierra, era un destino que teníamos pendiente» y su ubicación, además de céntrica, no es fruto de la casualidad. «Cuando estudiaba Derecho pasaba cada mañana por allí», cuenta refiriéndose a la plaza de la Trinidad, un remanso de paz en pleno casco histórico y a escasos metros de la catedral, que permite al huésped disfrutar de la ciudad como un vecino más, experimentando su ritmo vibrante y sumergiéndose en sus encantos.

    El hotel ocupa además un inmueble emblemático del centro granadino, el edificio de Los Guerrilleros, que ha sido restaurado respetando su icónica fachada rosa en línea con la filosofía de Hidden Away Hotels: «Buscamos lugares carismáticos que tengan una historia que contar, en algunos casos edificios prácticamente derruidos, y los rehabilitamos respetando al máximo su fisonomía y su patrimonio», aseguran.

    Granada y la Ruta de la Seda

    Como en su día hicieron con el icónico Gran Hotel Inglés, recuperando para Madrid el que fuera el primer hotel de lujo de la capital, en Seda Club Hotel Jiménez y Cordón han querido revivir, en clave actual, una parte por muchos desconocida de la historia de Granada. Tanto el nombre como la estética del hotel están inspirados en la importancia capital de la ciudad en la Ruta de la Seda entre China y el Mediterráneo Oriental. Granada a principios de siglo XV era el principal productor de seda a nivel mundial, tanto en calidad como en cantidad. La centenaria Alcaicería, a dos pasos de Seda Club Hotel, era el lugar donde más seda se vendía y producía de toda España y era exportada a todo el mundo antiguo. Los Maharajás indios se encapricharon de este producto de lujo y el emperador chino Wanli quiso saber cómo y quién era capaz de fabricar una seda mejor que la suya y envió una delegación para descubrir el secreto arte de Granada a finales del XVI. En 1492 llegó la influencia britática cuando el último gobernante musulmán en la Península Ibérica se rindió a los Reyes Católicos.  

    «Durante la Toma, Isabel y Fernando contaron con el apoyo de un grupo de arqueros ingleses dirigidos por Lord Scale; al terminar la guerra, los reyes le recibieron ataviado con las mejores sedas de Granada, fascinado por su calidad», explica la propiedad.

    Interiorismo del neoyorkino David Rockwell Group

    La decoración, que lleva la firma del prestigioso estudio neoyorkino David Rockwell Group –autor, entre otros, de los restaurantes y hoteles Nobu de Nueva York, Barcelona y Dubai, del estilo zen de los hoteles W, del mirador sobre la Zona Cero y de la escenografía de los Premios Óscar y de varios musicales de Broadway– transmite la sensación de exclusividad de un club social británico a través de maderas y metales nobles, mármoles y ricas alfombras, sedas, terciopelos y tapices.

    Colección de arte privada

    En Seda Club Hotel destaca además una colecciónprivada de arte contemporáneo propiedad de la familia Jiménez Cordón, Hidden Art Collection, con obras de galardonados artistas en la Bienal de Venecia que han expuesto en el MoMA de Nueva York. La colección gira en torno a la Ruta de la Seda, el papel de la mujer, el paso del tiempo y efímero del recuerdo de la cultura y el destacado papel de la ciudad de Granada a nivel mundial en el S. XV.

    Hidden Art Collection cuenta con piezas que invitan al observador a volver la mirada atrás y a descubrir, con ojos contemporáneos, las civilizaciones y eventos históricos que han dado lugar a las idiosincrasias de nuestra actual civilización. Entre ellas se encuentran, por ejemplo, obras de Littlewhitehead –nombre artístico de los escoceses Craig Little y Blake Whitehead–; un imponente tapiz 3D de la británica Debbie Lawson cuya obra, expuesta en la recepción de Seda Club Hotel ha sido incluida en colecciones como The Saatchi Gallery Collection, Mario Testino art Collection, The House of Loards Collection, The University of the Arts London entre muchas otras; varias fotografías de la artista kazaja Almagul Menlibayeva expuesta, entre otras, en el MoMA de nueva York, galardonada en la Bienal de Venecia, la Bienal de Sídney y el Grand Palais de París, y forma parte de colecciones como las de Louis Vuitton, el Illumuseum de Amsterdam o la Huma Kabukçi Collection de Estambul; instantáneas del joven Sasan Abri, afincado en Teherán, que aluden al dolor que se experimenta al presenciar la desaparición de la huella de nuestros antepasados custodiado por una sociedad negligente con su patrimonio; o una originalísima alfombra creada ad hoc para el hotel por el también iraní Abdolfazl Shahi, artista contemporáneo reconocido internacionalmente, comenzó cuando inició una colaboración con tejedoras de alfombras tradicionales de su pueblo natal “Kashan” uno de los centros neurálgicos de las alfombras persas conocidas internacionalmente y distribuida mundialmente a través de la Ruta de la Seda.

    Con todo lujo de detalles

    La amplitud, la elegancia y el cuidado de los detalles definen las 21 habitaciones y suites que conforman el Seda Club Hotel. Con tamaños que oscilan entre los 26 m2 de la habitación Deluxe y los 75 m2 de la Alcoba Real –la más impresionante–, todas están equipadas con colchones de última generación; lencería de algodón egipcio de 500 hilos; carta de almohadas con seis tipos a elegir; amenities de L´Occitane; kimonos orientales, y un amplio etcétera de comodidades. Algunas de ellas cuentan con balcón, con vistas a la plaza de la Trinidad, a su fragante arboleda y al embeleso de sus fuentes, y otras con terraza privada y salida al patio interior central con fuentes donde disfrutar del embrujo de las noches estrelladas de Granada y de su regusto a jazmín y azahar. Estéticamente, destacan sus lámparas y espejos, los suelos de madera Chebrón, las alfombras, los detalles de cuero y las cortinas de terciopelo, así como el alicatado de los baños que hace referencia a los mosaicos de azulejos vidriados de la Alhambra.

    Entre las zonas comunes del hotel se encuentran El Clandestino, un espacio de recogimiento al que se accede a través de una puerta falsa en la biblioteca, tanto para huéspedes como para eventos exclusivos, que recuerda a los clubs sociales de caballeros donde la élite social y literaria se reúne a leer, compartir reflexiones y alejarse el mundanal ruido. Homenaje a Granada, tierra inspiradora de artistas, por donde pasaron Unamuno, Matisse, Dumas, Victor Hugo, Hemingway o Shakespeare. La tierra de Lorca, donde Virginia Wolf dijo no tener la capacidad suficiente literaria para describir tanta belleza; el bar del lobby; un espacio para ver y ser visto con una cuidada oferta gastronómica; un spa con piscina interior de hidromasaje y cabinas para masajes y tratamientos que está inspirado en las termas romanas, con mármol pulido y esculpido con líneas limpias y clásicas; un restaurante, y una terraza en la azotea con coctelería con unas vistas únicas a la catedral de Granada y a la Capilla Real donde descansan los restos de los Reyes Católicos.

    Gastronomía con acento andaluz

    Abierto tanto a los clientes del hotel como al público en general y orquestado por el cocinero Rubén Castro, el restaurante Seda Club Restaurant elabora una cocina honesta y de proximidad donde el protagonista es el producto andaluz. Género fresco traído y seleccionado diariamente de los mercados locales para dar forma a una carta de platos de regusto tradicional con un toque actual. Como ejemplo, entre los entrantes, ideales para compartir, podemos encontrar un fresquísimo tiradito de quisquilla de Motril con vinagreta de yuzu y sal de miso; tartar de vieira ahumada y curada en kombu, pesto de lechuga de mar y caviar de Riofrío (servido en campana); ensaladilla rusa de langostinos con huevos fritos de corral o roll de calabacín ecológico de la Vega, picada de boletus y bechamel de romescu. En el apartado de pescados hay taco de bacalao confitado sobre roteña de sepia; gallo Pedro frito con aceite de ajos y alcaparras; lomo de rodaballo a la plancha y brocheta de langostinos y rape mientras que en las carnes destacan el rabo de toro al estilo Marco Polo o al estilo Donata; la paletilla deshuesada de cordero segureño en su jugo, y el abanico de cerdo San Pascual.

    Completan la oferta postres caseros –milhojas de manzana con caramelo de mantequilla salada y helado de canela; torrija de mango y sopa fría de chocolate blanco; montaje de tiramisú y surtido de quesos andaluces– y una cuidada bodega en la que cobran importancia los vinos andaluces –blancos y tintos de Granada y Málaga y vinos generosos y dulces del marco de Jerez– y el champagne.

    El hotel cuenta además con un sky lounge en la azotea donde disfrutar de cócteles clásicos y alguna propuesta de autor, como el Medias de Seda Club, a base de ron blanco, leche condensada, leche evaporada, granadina, canela, cereza y barquillo.

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