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    La cuota de España en el turismo mundial se sitúa en el 6%

    Palma de Mallorca/Stock.xchng-www.sxc.hu. Desde enero, Baleares ha recibido más de 9,9 millones de turistas, un 7,3% más.

    Palma de Mallorca/Stock.xchng-www.sxc.hu.

    Según el boletín económico del mes de abril del Banco de España, la cuota de España en el turismo mundial se sitúa alrededor del 6%, muy por encima de la cuota comercial y del peso relativo de España en el PIB mundial. Desde la óptica de las relaciones con el exterior, la relevancia del turismo en la balanza de pagos es muy destacable y ha contribuido a la contribución del desequilibrio externo de la economía española en los últimos años. Así, el superávit turístico alcanzó el 3,3% en términos del PIB en 2013, 0,8 puntos porcentuales por encima del mínimo registrado en 2009.

    Según este estudio, elaborado por Ana Gómez Loscos y María Jesús González, de la Dirección General del Servicio de Estudios del Banco de España, la tendencia creciente en los flujos internacionales de turismo se interrumpió a finales de 2008 por los efectos de la crisis financiera internacional. La incertidumbre respecto a su profundidad y extensión en los países desarrollados no se generalizó a los países en vías de desarrollo y emergentes, con lo que la evolución de los flujos de turismo mostró un comportamiento dispar entre las distintas áreas. A partir de 2010, los flujos turísticos internacionales recuperaron su vigor, aunque la intensidad del crecimiento difirió entre las distintas áreas geográficas. Las economías emergentes, particularmente las asiáticas –en pleno proceso de convergencia económica y con una posición cíclica más adelanta da que la de las economías avanzadas–, lideraron el avance del turismo en el último cuatrienio, tanto emisor como receptor. Por el contrario, las llegadas y salidas de turistas en las economías desarrolladas crecieron a un ritmo mucho más moderado. En particular, en los últimos años, los países en los que el turismo emisor registró un crecimiento más relevante (medido a través del gasto por viajes al extranjero) fueron China, Rusia y, tras ellos, con un dinamismo algo inferior, Brasil. El hecho de que casi el 80% de los viajes sean intrarregionales –es decir, se realicen dentro de la misma región– dificulta que España y sus principales países competidores se beneficien de esta tendencia a la generalización del turismo de masas en países en vías de desarrollo y emergentes (sobre todo, en la región de Asia y el Pacífico). De ahí que el mayor dinamismo en países recep tores de turismo se haya producido en el sudeste asiático (Japón, Tailandia, Vietnam, Taiwán, Indonesia) y en Rusia.

    La llegada de turistas a España, que había alcanzado un máximo histórico en 2007 (58,7 millones de llegadas), se ralentizó por la crisis económica y financiera que afectó a muchos países desarrollados, y en particular a Europa, origen de una parte significativa del turismo que llega a España (91,1 % del total en 2013). Desde el año 2010, la mayoría de los indicadores de turismo no residente en España coinciden en señalar una recuperación del turismo internacional, que, tras algunos altibajos, se ha consolidado en 2013. En concreto, la llegada de turistas creció a un ritmo cercano al 4% en promedio en el período 2010-2013. En el último año, las entradas de turistas alcanzaron un nuevo máximo histórico en la serie (60,7 millones de llegadas), lo que permitió a España recuperar el tercer puesto como país receptor de turistas.

    Bus Turístic de Barcelona

    Bus Turístic de Barcelona. Cedida per Turisme de Barcelona

    Según el estudio del Banco de España, los datos provisionales de 2013 indican una ganancia de las cuotas de España de turistas e ingresos. Sin embargo, durante el período 2010-2012 se produjo un deterioro en ambas dimensiones de similar magnitud al de otros países europeos, pero más acusado que en destinos competidores como Turquía, Egipto, Túnez o Croacia, que, no obstante, aún mantienen una participación en el turismo mundial muy inferior a la de España. La reducción de las cuotas españolas se había iniciado en 2003 como consecuencia de la incorporación de nuevos destinos turísticos y la mayor competencia en calidad y precios.

    La evolución en los últimos años refleja el impacto de diversos factores. En relación con las llegadas de turistas a España, la concentración de los mercados emisores en la Unión Europea (británicos, franceses y alemanes acumularon un 55,6% del total en 2013) hizo que el sector acusase especialmente la debilidad de la posición cíclica de la UE. Este impacto negativo, no obstante, se ha visto compensado por la tendencia reciente hacia una mayor diversificación geográfica del sector, en particular, hacia los Países Nórdicos y Rusia, lo que ha contribuido a la recuperación del turismo extranjero en España. En concreto, las llegadas de turistas procedentes de estas áreas crecieron a tasas cercanas al 10 y al 4 %, respectivamente, durante el último cuatrienio y alcanzaron un 8% y un 2,6%, respectivamente, de las llegadas totales en 2013. El flujo de turistas procedentes de Asia también ha aumentado considerablemente en los últimos años (30% anual en promedio en el último cuatrienio), si bien todavía tienen un peso reducido sobre el total de turistas extranjeros que llegan a España (1,9% en 2013).

    Esta diversificación geográfica refleja algunos factores de naturaleza permanente, pero también es consecuencia del redireccionamiento hacia España de turistas provenientes de los países competidores del arco mediterráneo, debido a los episodios de inestabilidad sociopolítica iniciados en 2011. Por ello, no puede descartarse que parte de estos flujos se revierta cuando la situación en estos países se normalice.

    De cara al futuro, resulta previsible que prosiga la diversificación del turismo, en la medida en que las economías emergentes sigan avanzando en un proceso de convergencia económica que sustente una mayor pujanza de su demanda de servicios turísticos. No obstante, la posición geográfica de España limita su capacidad para aprovechar la expansión de la demanda turística procedente de las economías emergentes asiáticas, que constituye una de las principales tendencias recientes del turismo mundial. En última instancia, el desarrollo futuro del turismo internacional hacia España deberá descansar, sobre todo, en la recuperación económica de la UE y en la mejor posición competitiva de las empresas, en un contexto de mejoras adicionales de costes y precios relativos y de la calidad de los servicios ofrecidos.

    Los Cristianos en Tenerife

    Los Cristianos en Tenerife

    Un rasgo distintivo del turismo en España, derivado de la dotación de recursos naturales, es su especialización en el segmento sol y playa, siendo este un modelo que puede encontrarse con algunas limitaciones en su capacidad de crecimiento una vez que ha alcanzado un nivel de madurez. En este sentido, cabe mencionar la elevada estacionalidad y concentración geográfica de los flujos de turismo internacional que recibe la economía española, así como el hecho de que el gasto medio por turista sea relativamente reducido en comparación con otros segmentos turísticos. La concentración del turismo en los meses de verano conlleva una congestión en la utilización de las infraestructuras en los destinos costeros durante la época estival y un exceso de capacidad durante el resto del año, de difícil rentabilización.

    En consonancia con este tipo de especialización, los viajes a España se realizan, fundamentalmente, por ocio (representaron un 86,6% de las llegadas de turistas internacionales a España en 2013), con una tendencia creciente en el último trienio, en detrimento de los viajes de negocios, caracterizados por un mayor nivel de gasto, un perfil menos estacional y estancias más cortas. En relación con el tipo de alojamiento elegido, el hotelero concentra en torno al 64% de las llegadas, mientras que, dentro del segmento no hotelero, la vivienda propia, de familiares o amigos es la más habitual. No obstante, desde 2010 se observa un desplazamiento hacia la vivienda alquilada. En términos de gasto, el desembolso medio por persona es más elevado en el alojamiento no hotelero, a pesar de que su gasto medio diario es inferior, debido a las estancias más extensas de este tipo de turistas. Respecto a la forma de organización de los viajes, la tendencia a la realización de viajes sin contratar previamente un paquete turístico –que presentan un menor gasto medio– ha ido ganando terreno durante la última década (en 2013, un 70% de los turistas no contrataron paquete turístico). Este cambio está asociado al uso cada vez más intensivo de internet y a la proliferación de las compañías aéreas de bajo coste.