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    Los españoles no han perdido la confianza en el sector turístico tras la caída de Thomas Cook pero piden responsabilidades al Gobierno británico

    Casa Cook Ibiza, hotel franquiciado por la cadena de Thomas Cook en la isla pitiusa.

    La semana pasada nos sorprendía a todos la noticia de la quiebra del gigante Thomas Cook, el turoperador más antiguo del mundo y el segundo a nivel global. Su caída supuso la incertidumbre para más de 600.000 turistas que ha generado la operación de repatriación más importante desde la Segunda Guerra Mundial. Además, sus más de 22.000 empleados se enfrentan a una situación incierta, incluidos los que se localizan en España, uno de los principales mercados para este turoperador. El mercado español será uno de los que más note las consecuencias de esta caída, especialmente en las Islas Baleares y Canarias, ya que una gran parte del mercado turístico de estas zonas dependía directamente de las contrataciones con Thomas Cook. Y es que, aunque para los españoles el paquete turístico es un producto residual, entre aquellos que nos visitan sigue siendo muy popular. Según datos del INE, en 2018, el 29% de los turistas que visitaron España, vinieron con paquete turístico (lo que significa 24,3 millones de turistas). Y en cuanto al gasto que hacen en nuestro país los que eligen esta forma de reserva, el año pasado ascendió a 27.718 millones de euros, con un gasto medio diario por persona de 167 euros, lo que los convierte en más rentables que los que viajan sin paquete turístico, que se quedan en 139 euros por persona.

    Ante este panorama, desde Ipsos han realizado una investigación para saber cómo puede verse afectada la imagen de los turoperadores en Españay qué compañías del sector se verán perjudicadas o beneficiadas ante un suceso como este.

    Una de las primeras conclusiones es que la quiebra de Thomas Cook refuerza la percepción general de que los turoperadores son un concepto ya anticuado, y creen que este hecho puede funcionar como un toque de atención a otras compañías que apuestan por un modelo de negocio basado en el turismo del sol y playa pero de baja calidad, esperando así que hagan un esfuerzo por desarrollar una oferta mejor y más acorde con las demandas de los clientes actuales.

    Pero no existe una percepción de que sea algo que se puede repetir en otras compañías en un futuro cercano. De hecho, el 55% de los encuestados afirma que su confianza en el sector turístico no se ha visto afectada, sino que se ha entendido como un caso aislado en el sector, y quizá como algo incluso previsible por no haberse sabido adaptar a las nuevas formas de consumo y se ha visto superada, sobre todo, por las nuevas compañías digitales.

    Por otra parte, este estudio pone de manifiesto la confusión que existe entre los usuarios a la hora de diferenciar entre turoperadores, aerolíneas y agencias. Algo que puede provocar daños colaterales en la reputación de compañías que no tienen nada que ver con el modelo de negocio de Thomas Cook.

    La forma de viajar no cambiará en España

    El 46% de los entrevistados en este estudio confirman que no cambiará la forma en la que utiliza los turoperadores, lo que no significa que su futuro se dibuje de forma positiva, ya que, al mismo tiempo, los españoles que este tipo de venta le parece muy desfasada y devaluada. Y es que de un tiempo a esta parte en España ha crecido la tendencia de acudir a metabuscadores y comparadores para organizar todo tipo de viajes, quedando los turoperadores relegados a un nicho de mercado muy específico, del que, según los usuarios, deben evolucionar.

    Una oportunidad para compañías con buena reputación

    La caída de un gigante mundial como Thomas Cook supone una ventana de oportunidad para aquellas compañías con una reputación positiva en el sector (turoperadores, aerolíneas, agencias, comparadores, plataformas on line, etc.). Los españoles muestran preferencia por las empresas que pueden demostrar su solvencia económica, y en este momento, las compañías digitales y las aseguradoras pueden aprovechar para demostrar su fiabilidad, y si son españolas, más confianza le otorgarán.

    La otra cara de la moneda en este caso es que este hecho sí que ha acentuado un poco el miedo y la preocupación a organizar viajes con “empresas poco conocidas”, ya sea porque no les transmita buenas sensaciones, o por algún tema mediático negativo anterior.

    El Gobierno británico y la UE deben asumir los gastos de Thomas Cook

    Sobre la cuestión más urgente en el momento en el que saltó la noticia, la repatriación de todos los afectados a Reino Unido, el 80% de los españoles cree que debería costearla el Gobierno británico. En cuanto a las consecuencias posteriores sobre otras empresas, el 49% cree que debe ser la Unión Europea la que les ayude a superar esta crisis. Y ante la posibilidad de recuperar la deuda que deja este cierre, el 60% piensa que el responsable deben ser las autoridades británicas.