Gastronomía

Sen5es, la cena de Barceló Tenerife que despierta los cinco sentidos

El hotel, situada en plena Reserva Ambiental de San Blas, propone una experiencia gastronómica sensorial en su embarcadero privado

Entre los cientos de rincones con encanto que se pueden encontrar en la isla, Barceló Tenerife se ubica en un entorno privilegiado con un incalculable valor como elemento patrimonial de la etnografía canaria. Hablamos de la Reserva Ambiental de San Blas, patrimonio natural y cultural de Tenerife que ha adquirido gran importancia como elemento paisajístico.

Es por esto por lo que alojarse en este hotel no solo significa disfrutar de sus servicios e instalaciones exclusivas, sino también sumergirse en un auténtico paréntesis en el tiempo donde cada uno de los cinco sentidos adquiere su propio protagonismo. Así, pensando en ofrecer una experiencia 360º, el hotel pone el foco en un nuevo concepto de cena experiencial con el que sorprender al huésped con un viaje por los cinco sentidos.

Cinco sentidos, cinco momentos

Barceló Tenerife ofrece a sus huéspedes un inolvidable recuerdo de su estancia a través de la cena Sen5es. Una experiencia gastronómica privada diseñada para sorprender con una explosión de sabores, olores y sorpresas en el embarcadero del hotel; un entorno absolutamente poético.

Cada uno de los cinco sentidos reluce a través de una experiencia culinaria que comienza por los ojos. Mediante pequeños bocados en los que la presentación es lo fundamental, la vista conduce al comensal a través de fascinantes emplatados y diferentes formatos y colores que identifican cada aperitivo. El primer plato lo protagonizan cinco bocados que serán descubiertos a través su textura; crujientes, espumas y temperaturas que hacen de cada plato una experiencia inigualable. A este le sigue el segundo plato en el que el protagonista es el aroma; un sentido que contribuye en un 80% en el sabor de los alimentos y que, en esta cena, se ve estimulado por un antifaz que se coloca el comensal para disfrutar de él. Aunque el gusto es el protagonista de la experiencia, este sentido es potenciado durante el postre. Aquí el paladar innova con diferentes sabores que llevan a otros mundos, mezclando dulce y salado. Durante toda experiencia sensorial el comensal degustará una gran variedad de texturas acompañadas por un violinista que favorece el último sentido, el oído. Todo ello culmina con un paseo en barca.

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