Trainline, plataforma independiente de reservas de viajes de tren y autobús, ha publicado el whitepaper Conectando Europa: hábitos y expectativas del viajero en tren. Barcelona, hub ferroviario y puerta de entrada a la Península Ibérica, en el que analiza cómo la apertura a la competencia está transformando el transporte ferroviario en países como España, Francia e Italia. El informe destaca que el 72 % de los viajeros europeos demanda billetes integrados que combinen distintos modos de transporte, y que la competencia entre operadores está impulsando precios más bajos y una mayor digitalización en la forma de viajar.
El sector ferroviario europeo vive un momento de transformación sin precedentes tras la liberalización de los últimos años, que ha impulsado la competencia, reducido los precios y acelerado la digitalización. En este contexto, Barcelona se ha consolidado como una de las principales puertas de entrada al sur de Europa y un nodo estratégico de esta apertura.
Los datos internos de Trainline muestran un fuerte crecimiento de la demanda desde y hacia la Ciudad Condal en los últimos meses. Entre los destinos más destacados desde Barcelona se encuentran Lyon (+118 %), Sevilla (+113 %) y Valencia (+90 %). En cuanto a conexiones transfronterizas, París (+38 %) y Narbona (+6 %) se suman a Lyon como principales polos de crecimiento.
El flujo hacia Barcelona también se intensificó en los últimos meses. Entre las ciudades de origen que más crecieron destacan Sevilla (+164 %) y Valencia (+81 %). En cuanto a conexiones internacionales, los mayores incrementos se registraron desde Lyon (+49 %), París (+32 %) y Narbona (+21 %). Todo ello confirma la relevancia de Cataluña como punto de conexión clave entre la Península Ibérica y el resto de Europa.
Por otro lado, los datos de Trainline también reflejan el impacto en los precios que ha tenido la supresión temporal de los servicios Avlo en la línea Madrid-Barcelona. Viajar en septiembre de 2025 fue, de media, un 40 % más caro que en el mismo periodo del año anterior, lo que evidencia la importancia de la competencia para mantener tarifas asequibles.
Más allá de España, la liberalización ha tenido un efecto directo en el incremento de pasajeros y en la reducción de precios en toda Europa. En Francia, por ejemplo, la entrada de nuevos operadores redujo un 43 % el precio medio en la ruta París-Lyon y disparó las reservas en un 334 %. En Italia, la apertura del mercado también transformó corredores clave como Milán-Roma, donde la competencia redujo los precios en torno a un 40 % y multiplicó las frecuencias disponibles. En España, donde el mercado se abrió en 2020, se ha observado un crecimiento sostenido en la demanda de viajes y caídas de precio de dos dígitos en corredores como Madrid-Barcelona.
Pero, ¿qué papel tiene el tren a nivel europeo? La realidad es que el 69 % de los encuestados en Europa considera que la conectividad ferroviaria favorece la cohesión continental, un porcentaje que en nuestro país sube hasta el 81 %. Sin embargo, esta confianza en el potencial del tren contrasta con la percepción en la evolución del servicio ya que casi siete de cada diez personas no ha detectado mejoras en los servicios ferroviarios internacionales. De hecho, sólo un 31 % afirma que se han producido.
En paralelo, el perfil del viajero europeo está evolucionando hacia una mayor exigencia y digitalización: el 80 % sitúa el precio como factor principal a la hora de elegir su billete, junto con la puntualidad y la comodidad. Además, los hábitos digitales se consolidan: el 85 % de los viajeros ya compra sus billetes online y la mayoría demanda soluciones que integren distintos modos de transporte en un único billete.
La intermodalidad también se refleja en el uso combinado de transportes: el 42 % de la población europea utiliza ocasionalmente el tren junto a otros modos de transporte y un 18 % lo hace con frecuencia; en España, estos porcentajes suben al 47 % y 22 %, respectivamente. Para facilitar esto, siete de cada diez europeos prefieren contar con una sola herramienta digital que integre horarios y opciones de transporte, y el 72 % desearía disponer de un billete único que combine trayectos de distintos operadores (74 % en el caso de España).
La conectividad transfronteriza sigue siendo uno de los principales retos. En lo que respecta a los viajes internacionales, el 38 % de los europeos cree que la facilidad de conexión con países vecinos es “normal”, y solo el 36 % la considera fácil o muy fácil. En España, este porcentaje es del 28 %, por debajo del registrado en Francia (40 %) e Italia (39 %).
En lo que respecto al conocimiento de los ciudadanos sobre las rutas transfronterizas, el 60 % de los franceses y el 67 % de los italianos afirman conocer las rutas internacionales que parten de su país, mientras que en nuestro país solo el 47 % afirma estar informado. Además, un 22 % de los ciudadanos españoles asegura que conoce iniciativas para mejorar esa conectividad, frente al 32 % de los italianos.
En este sentido, el 74 % de los españoles valora positivamente la entrada de nuevos operadores como vía para mejorar la calidad de los servicios ferroviarios, y un 30 % incluso estaría dispuesto a pagar algo más si eso implica mejores prestaciones.
«Europa está viviendo un momento histórico para el tren: más accesible, competitivo y sostenible que nunca. La liberalización ha multiplicado las opciones y bajado los precios, mientras los viajeros demandan soluciones digitales y billetes integrados que hagan sus desplazamientos más sencillos. En Trainline queremos acompañar esta transformación y facilitar que cada vez más personas elijan el tren como su primera alternativa de viaje», afirma Pedro García, general manager de Trainline en Europa.
Puedes consultar el estudio completo en este enlace
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