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El hotel W Barcelona con los barcos de cruceros en el puerto de la ciudad. Foto cedida por Port de Barcelona/Nacho Vaquero
Barcelona es un destino turístico de consolidado reconocimiento internacional que recibe millones de visitantes que viajan motivados por varias razones (ocio, negocio, formación, temas médicos, deportivos, etc.). La condición de ciudad turística ha comportado una serie de adaptaciones funcionales y sociales, de forma que los barceloneses han tenido que aprender a convivir con aquellas personas que eligen la capital catalana para hacer negocios, cultura o, simplemente, disfrutar de ella.
Barcelona se plantea nuevos retos y propósitos que están generando un profundo proceso de reflexión que pasa por el replanteamiento de algunas cuestiones clave, como por ejemplo el tipo de crecimiento y modelo de gestión turística, los límites territoriales del destino, el aumento de la planta hotelera, la cantidad y consecuencias de los impactos y efectos del turismo, y las formas de convivencia que se producen entre barceloneses y visitantes.
El pasado año la Ciudad Condal recibió la visita de 8.303.649 turistas, un 5,4% más que en 2014, cuando la cifra se situó en 7.874.941 personas. Solo en hoteles, se registraron 17.656.329 pernoctaciones, frente a las 17.091.852 de 2014, un 3,3% más. Si se tienen en cuenta los turistas que se alojaron en hoteles, pensiones y apartamentos turísticos, la cifra se elevó a 8.991.000 turistas (8.444.715 en 2014) y 19.662.000 pernoctaciones (18.807.510 en 2014).
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