Tras un intenso trabajo para reformar por completo sus instalaciones, el Sallés Hotel Pere IV de Barcelona ha reabierto sus puertas poniendo a disposición de sus huéspedes una estética totalmente renovada, sobria y más funcional. Una buena parte de las habitaciones, salas de reuniones, zona wellness, cafetería y restaurante han experimentado una transformación importante que aporta un valor añadido a este emblemático establecimiento.
Ubicado entre el Puerto Olímpico y el centro de Barcelona, el hotel es la más pura combinación del estilo clásico y romántico con el equipamiento más moderno. Es uno de los establecimientos preferidos por las familias ya que, además de habitaciones dobles, júnior suites y estancias semiadaptadas para personas con discapacidad, ofrece habitaciones para tres y cuatro personas. Su proximidad a las principales calles de la ciudad también lo convierte en una opción muy solicitada entre los amantes del shopping.
A su acogedor spa hay que sumar su Garum Restaurant, una apuesta por la innovación y la cocina de fusión. ¿Un secreto? Si sus escaleras curvas recuerdan a los visitantes a las rampas de un parking es porque el edificio antiguamente era un garaje de la casa Seat. Sus espacios son también ideales para el desarrollo de eventos empresariales o familiares en el famoso distrito 22 de la ciudad de Barcelona. La llegada del nuevo chef Juan Antón Campos ha otorgado un aire nuevo a la carta y a los diferentes menús.