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    Abre sus puertas en el distrito más antiguo de Lisboa el hotel Memmo Alfama

    Memmo Alfama (Lisboa)Memmo Alfama, miembro de Design Hotels, abre sus puertas en uno de los barrios con más encanto de la capital portuguesa, conocido por sus extraordinarios miradores sobre la ciudad y por los vestigios de sus primeros moradores, romanos y árabes. En este marco, el nuevo Memmo Alfama aspira a ofrecer lo mejor de las últimas tendencias en diseño y servicio en un hotel boutique de tan sólo 42 habitaciones situado en el barrio más antiguo de la ciudad, Alfama, a escasos pasos de la Catedral de Lisboa y del Castillo de San Jorge.

    Se trata del segundo establecimiento del emprendedor Rodrigo Machaz, miembro de una importante saga hotelera portuguesa y que inició su propio proyecto en 2009, con la apertura del hotel Memmo Baleeira, en la localidad costera de Sagres, próxima al Cabo San Vicente. «Abrir un hotel en mi ciudad, ofrecer auténtico sabor local en una atmósfera contemporánea era un proyecto largamente acariciado que ahora se hace realidad tras varios años de ilusión y esfuerzo», explica Machaz.

    El proyecto arrancó hace casi un lustro con la búsqueda del local adecuado y especialmente un emplazamiento bien situado y comunicado. El célebre tranvía 28 tiene su parada a pocos metros de la puerta del hotel; un agradable paseo por estas callejuelas estrechas y plazuelas llenas de sabor permite llegar tanto a la emblemática Avenida da Liberdade como al Barrio Alto o al Chiado.

    Memmo Alfama (Lisboa)El arquitecto Samuel Torres de Carvalho le ha dado un aire moderno a la renovación de un inmueble del siglo XIX, haciendo hincapié en la integración del edificio en el barrio más antiguo de la ciudad y buscando este perfecto equilibrio entre el legado histórico del entorno y el aporte contemporáneo. Uno de los muros exteriores del hotel muestra un mural del streetartist portugués Alexandre Farto, Vhils, como un guiño de la sutil apuesta del Memmo por el diseño. Las 42 habitaciones gozan de inmejorables vistas sobre los tejados lisboetas más antiguos, así como sobre el imponente Tajo. Uno de sus puntos fuertes es la piscina infinity y la terraza de la azotea, que goza igualmente de una panorámica extraordinaria.

    En el interiorismo, a cargo de Joao Correa Nunes, se ha pretendido crear un ambiente acogedor utilizando materiales nobles y cálidos como la madera y el lino, y una gama cromática de tonos arenas y grises. La tradicional recepción ha sido sustituida por un agradable cuarto de estar y el check in puede realizarse en cualquiera de las salas, en el bar o en la propia habitación. Para subrayar la hospitalidad más propia de una casa familiar que de un hotel, el salón de lectura permite a los huéspedes disponer de los numerosos libros sobre la ciudad y ofrece un minibar de cortesía abierto las 24 horas. Una gran mesa común es la parte esencial del salón de desayunos, también para acentuar esta idea de hogar, y los huéspedes pueden servirse directamente de las alacenas y las neveras.