En los últimos años, Brasil ha tratado de desarrollar las indudables virtudes de su potencial turístico dentro del sector del lujo. En esa tarea, el país tropical se ha convertido en el destino de referencia del segmento en América Latina, con unas expectativas de crecimiento del 25% en los próximos años, según el Instituto Brasileño de Turismo (Embratur).
La apuesta de Brasil por este sector es evidente: mientras que el turista tradicional se gasta 1.956 euros de media en cada viaje, el turista de lujo alcanza los 15.643 euros.
Además, Brasil es el país de Latinoamérica con mayor número de millonarios, 170.000, gracias a los cuales ha podido crear una sólida base de turismo de lujo local repartida entre la variedad de destinos que dispone.
Sobre los destinos más visitados, la BLTA (Brazilian Luxury Travel Association) ha elaborado un ranking que tiene en cuenta entornos urbanos (en este apartado Río de Janeiro ocupa la primera posición, seguido por Salvador de Bahía y São Paulo), playas (Trancoso, Angra dos Reis, Paraty, Florianópolis y Fernando de Noronha, en ese orden) y parajes naturales (en el que destaca el Amazonas, seguida por la zona del Pantanal y Foz de Iguazú).