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    The Madrid Edition amplía la oferta hotelera de lujo de la capital de España

    Una mezcla embriagadora de poderosa arquitectura, cultura refinada, arte impresionante, una rica historia culinaria, y un insaciable amor por la buena vida y el bienestar hacen de Madrid una de las ciudades más cautivadoras y seductoras del mundo. La llegada de la marca Edition impulsa a la capital española, con una oferta refinada que condensa la fascinante individualidad y esencia de la ciudad. «Para nosotros, Madrid es una verdadera capital internacional de primer nivel», afirma Ian Schrager, visionario y pionero creador del concepto de hotel boutique y lifestyle, con marcas como Edition Hotels, Public Hotels y otros proyectos innovadores y rompedores. «Es una ciudad fabulosa de carácter propio y que sigue su propio camino», añade Schrager.

    Tras la apertura de The Barcelona Edition en 2018, The Madrid Edition, que abre en preview este mes de marzo, es el primer resort urbano de lujo lifestyle en la capital. El hotel adopta la visión y el ethos Ian Schrager, centrado en una elegancia discreta; en una experiencia innovadora y elevada a un nivel superior por el excepcional servicio de lujo por el que es conocida la marca Edition.

    En la oferta culinaria destacan dos restaurantes dirigidos por dos chefs galardonados y de reconocidos internacionalmente, Enrique Olvera y Diego Muñoz; tres conceptos de bar únicos, una vibrante oferta de ocio nocturno, una magnífica piscina infinity al aire libre situada en la azotea con unas vistas panorámicas incomparables, un spa y una serie de espacios multifuncionales eventos sociales y reuniones con luz natural.

    El hotel dispone de 200 habitaciones y suites con una exquisita decoración, que incluyen dependencias conectadas para familias y grupos de amigos, así como una exclusiva selección de habitaciones con terrazas privadas. Esta innovación y creatividad, asociadas desde siempre a Ian Schrager, junto a la reputación y la experiencia operativa de Marriott International, dan como resultado una oferta original, única y diferenciada que capta la esencia del espíritu, las tradiciones y la energía de Madrid. «Esto no es sólo un hotel. Es mucho más que un lugar para dormir: es un microcosmos de todo lo mejor que ofrece Madrid y que capta perfectamente el espíritu y esencia de la ciudad», dice Schrager. «Se trata de crear una comunidad y un nuevo punto de encuentro único y original para madrileños y turistas: una experiencia totalmente transformadora en Madrid».

    Fiel a su estilo, Schrager ha desplegado su magia y ha sacado todo el partido a un modelo meticulosamente elaborado que aporta un verdadero sentido de singularidad al hotel. Dos nombres propios destacan como colaboradores en la parte gastronómica: Enrique Olvera, cuyo restaurante Pujol es uno de los diez mejores del mundo, y Diego Muñoz, que llevó al aclamado restaurante Astrid y Gastón de Lima a consagrarse como el tercer mejor restaurante latinoamericano del mundo. También hay un espacio para cócteles de autor, el lobby bar, y una propuesta imbatible en la azotea.

    Situado en el vibrante corazón de la capital de España, muy cerca del Kilómetro Cero, que marca el centro geográfico del país, The Madrid Edition es un nuevo destino en el epicentro de una de las ciudades más atractivas del mundo, fundamental en la definición del zeitgeist mundial. Se accede al hotel a través de una impresionante plaza en la zona de Sol, que alberga bares de tapas, cafés con terraza y está a un paso del Teatro Real, la Plaza Mayor y el Palacio Real. Además, limita al norte con la Gran Vía, el Broadway madrileño, que está rodeada por una amplia y gloriosa arquitectura.

    Bajo la mirada siempre atenta de Ian Schrager Company, el diseño del hotel es una insólita colaboración entre la refinada elegancia, pureza y simplicidad del arquitecto británico John Pawson y el arte, el espíritu y la originalidad del artista afincado en París, François Champsaur. Estos dos planteamientos de diseño completamente diferentes y opuestos hacen que The Madrid Edition haya dado lugar a un resultado inédito e inesperado que es totalmente único a escala mundial. Es algo completamente nuevo y nunca visto, donde la suma total es mayor que la suma de sus partes individuales. Es donde 1+1 = 10.

    John Pawson comenta que, «cada vez que visito Madrid, soy consciente de la riqueza cultural de esta ciudad. Posee una energía especial y un fuerte sentido de pertenencia. Con The Madrid Edition, quería crear un lugar con la misma intensidad, pero diferente. Espacios tranquilos a los que retirarse, pero también un entorno con identidad propia y lleno de vida. Ian y yo hemos trabajado en varios proyectos de forma casi continua durante las últimas dos décadas. Cuando se colabora con alguien durante tanto tiempo, se desarrolla una comprensión mutua profunda e instintiva. Al mismo tiempo, seguimos conservando la capacidad de sorprendernos uno al otro, lo que ayuda a mantener activa la creatividad».

    El edificio se erige en la Plaza de las Descalzas con vistas evocadoras a un monasterio real del siglo XVI. De líneas limpias y modernas, únicamente está embellecido por un pórtico barroco del siglo XVIII, diseñado por el arquitecto español, Pedro de Ribera, y que fue rescatado de una antigua edificación cercana. Desde esta puerta se accede a uno de los restaurantes de autor del hotel. Mientras, la entrada principal del hotel, situada a la vuelta de esquina, presenta una explosión de vegetación y una seductora marquesina de cobre que conduce a un espacio revestido de madera oscura presidido por la espectacular y escultural escalera espiral que serpentea con fluidez hasta el vestíbulo de la planta baja superior.

    Como en todos los hoteles Edition, su verdadera esencia se encuentra en el lobby. Aquí, bajo un techo ondulado, el lobby bar es un nuevo lugar icónico en la vida social de Madrid para el público local y turistas. Vestido con una mezcla de muebles confeccionados a medida, como el sofá en forma de «U», rodeados por estantes con piezas únicas de diseño que construyen un espacio íntimo y privado. Destacan los sofás y sillones de Jean Michel Frank, los taburetes de bronce reciclado de Maison Intègre, las sillas recubiertas de cuerda de Christian Astuguevieille y una elegante mesa de billar, que el diseñador Emmanuel Levet Stenne esculpió a partir de una única losa de mármol blanco Bianco Neve mate. Detrás de la barra de cobre festoneada hecha a mano hay un botellero enjaulado retro iluminado y, como siempre, se ha prestado mucha atención a la luz cálida e indirecta, cuidadosamente estudiada para dotar a la sala de calidez, mientras las piezas clave se iluminan bajo un foco directo.

    También desde el vestíbulo se accede a uno de los dos restaurantes del hotel, Jerónimo, y al Punch Room, ubicado en un discreto rincón. Aquí, bajo una iluminación tenue, el espacio íntimo se despliega sobre un rico tapiz de colores y texturas, con paneles de roble oscuro, una chimenea de piedra de basalto, sillones de pelo de poni gris de Jean-Michel Frank y alfombras de lana tejidas a mano, inspiradas en las formas abstractas y los colores vivos del artista catalán Joan Miró. Estos detalles se ven realzados por una barra de cobre cepillado y un destacado espejo pulido en bronce, obra del estudio de diseño parisino Garnier & Linker, que lo convierte en el lugar perfecto para degustar un cóctel antes de comer, como el emblemático Ponche Corsair, o una tranquila copa por la noche. Aquí se ofrece, asimismo, una carta de pequeñas degustaciones asiáticas contemporáneas, como el Wonton de pulpo a la parrilla y salsa de pimentón, bocados de ventresca de atún y salmón ahumado Ikura, que también está disponible como parte del menú que se puede pedir en el lobby bar o a través del servicio de habitaciones.

    Situado en la Plaza de las Descalzas, con su propia entrada por el pórtico barroco, Jerónimo brinda una oferta gastronómica global muy influenciada por las raíces culinarias más tradicionales de México. Liderado por Enrique Olvera, Santiago Pérez y su excepcional equipo, que configuran el talento que hay detrás de una colección de restaurantes como Pujol, en Ciudad de México, Cosme, en Nueva York y Damián, en Los Ángeles. El nombre del pintor y grabador español Jerónimo Antonio Gil, fundador y director de la Academia de San Carlos en Ciudad de México, refleja los fuertes vínculos culturales entre España y México que este concepto encierra. El restaurante en sí es un espacio de varios ambientes que cuentan con cuatro áreas diferenciadas donde prima la explosión de color: la elegante sala de doble altura, que se distingue por sus paneles de madera de roble oscuro tallada, inspirados en los detalles ornamentales del portal barroco exterior; sillas y banquetas de cuero amarillo; y dos llamativas lámparas colgantes de alabastro y yeso del diseñador Emmanuel Level Stenne, que recuerdan los cielos y los planetas celestes. Esto lleva a la zona del bar presidida por una larga barra de mármol verde y un sencillo suelo de roble blanco. A continuación, se pasa a un espacio más informal y luminoso, vestido con suelos de piedra caliza, mesas de piedra blanca y negra coronadas por una exuberante vegetación. La terraza exterior del restaurante, que se inaugurará a finales de este año, se encuentra en la amplia plaza llena de plantas y es un lugar evocador para disfrutar de un desayuno al sol o una cena en una cálida noche de verano bajo las estrellas, con vistas al monasterio real contiguo del siglo XVI.

    El menú incluye deliciosos platos como el Fideo Seco con vermicelli, frijoles negros, queso, crema y cebolla y los Huevos Rancheros, huevos fritos, frijoles negros, hoja santa y salsa roja, así como deliciosos cócteles como el Margarita de Jerez, con ingredientes como fino, tequila Siete Leguas Reposado, Grand Marnier y lima y cócteles sin alcohol, como la sorprendente horchata de coco.

    Olvera afirma que «la relación entre las cocinas de España y México es tan profunda y tiene tantos aspectos que muchas veces los puntos donde se encuentran son imperceptibles. En la sutileza de estos puentes queremos centrar nuestra carta: en las técnicas e ingredientes que hacen resonar ambas cocinas de dos continentes diferentes».

    En la planta inferior, se encuentra el espacio dedicado al ocio nocturno. Con una apertura prevista para finales de 2022 espera hacerse un hueco en la legendaria noche madrileña. Su diseño sofisticado se define por una pared de yeso pulido en oro y una barra de ónix con base de piel. El telón del escenario es una sola pieza de terciopelo rojo, bordada con hilo de cobre al estilo tradicional español. Mientras que las sillas de terciopelo con flecos negros se han inspirado en las monteras de los toreros.

    En la misma planta también se encuentra el gimnasio, completamente equipado y el spa, un espacio acogedor e íntimo revestido de madera oscura y adornado con antiguos candelabros barrocos. Dispone de cinco cabinas, una de ellas con un baño de vapor privado, junto a una carta de tratamientos, entre los que se encuentra el característico baño de barro, que utiliza productos de la marca española Natura Bissé.

    En la cuarta planta, la azotea es el oasis del hotel con vista a los costumbristas tejados de la ciudad. Aquí se encuentra Oroya, el restaurante dirigido por el chef peruano Diego Muñoz. Cuenta con un espacio acristalado, en un ambiente apacible y acogedor, que recuerda a un invernadero, enmarcado por unas estructuras de acero, revestidas de plantas trepadoras y paneles de cristal de colores que crean juegos de luces.

    El restaurante ofrece un relajado menú de tapas con platos para compartir, como los ceviches, la Papa Rellena y el Ha-Kao sobre caldo de Parihuela, que cuentan la historia cultural de Perú con influencias de España, África, Italia, China y Japón. Estos platos se pueden acompañar con cócteles a base de pisco, como el famoso Pisco Sour y el Capitán, o con una copa de vino de la carta elaborada por el sumiller Julio Barluenga.

    En el exterior, frente a las atractivas vistas de la ciudad, la terraza de Oroya es un seductor espacio verde con una chimenea y una pérgola cubierta de vides bajo la que se encuentra una barra de teca clara y taburetes de ratán, junto a una larga mesa de roble, perfecta para los almuerzos distendidos con amigos y familiares. En la terraza también está la piscina infinity más grande de Madrid y el Pool Bar. Un lugar para ver y ser visto, este es el sitio idóneo para tomar cócteles y picar pequeños bocados desde una de las 60 tumbonas y 10 camas balinesas mientras se admiran las características vistas de los tejados rojos de Madrid con el telón de fondo de la puesta de sol.

    Según Muñoz, «en el antiguo dialecto peruano, Oroya significa conectar dos lugares divididos por el agua. España y Perú están intrínsecamente unidos y en The Madrid Edition celebramos las conexio-nes culturales y la gastronomía de España y Perú. El menú de Oroya se inspira en las técnicas culina-rias clásicas de ambas regiones, uniéndolas en una experiencia gastronómica divertida y colorida».

    También en la cuarta planta, en un lugar privilegiado con vistas a la puesta de sol, se encuentran los dos mayores penthouses de la capital. Desde los dormitorios ubicados en la planta superior de estos dos dúplex se admiran los símbolos arquitectónicos de la ciudad. En la planta inferior se encuentra la sala de estar y una cocina de servicio.

    The Madrid Penthouse es un refugio privado situado sobre los tejados de la ciudad, con una terraza panorámica inigualable y una piscina infinita al aire libre, rodeada de exuberante vegetación. Los refi-nados interiores están repletos de texturas naturales y muebles elegantes, como el sofá cama de cuero y madera de la marca Bassam Fellows y una gran mesa de comedor de mármol travertino de ocho plazas con patas de metal lacado.

    En las plantas inferiores, las 200 habitaciones del hotel, incluidas las 23 suites, se despliegan sobre un esquema de diseño discreto y sofisticado. Una entrada con paneles de roble oscuro da paso a una paleta luminosa de blancos y cremas, junto con muebles hechos a medida y texturas naturales de lino, piedra caliza y madera. Todo ello forma un lienzo honesto y discreto para un mobiliario sofisticado, detalles ricos y creativos, como el espectacular cabecero retroiluminado hecho a medida en yeso y que se inspira en la esculpida forma del pórtico barroco del hotel. «Estoy muy orgulloso de este proyecto. No se ha pasado por alto ni un solo detalle y el producto final ha creado un concepto único y mágico que no tendrá rival en la ciudad», dice Schrager.

    Para completar la oferta del hotel, una serie de espacios flexibles para reuniones y eventos, todos con luz natural y equipados con la tecnología más avanzada. Entre ellos, se incluyen un salón de dos plantas grande y luminoso, tres estudios con paneles divisorios para montajes personalizados, una sala de conferencias y una zona antesala diseñada como una gran sala de estar. Junto con el legendario servicio de la marca, The Madrid Edition es una extensión dinámica de una ciudad en constante evolución, con un verdadero entusiasmo por la vida que se manifiesta por sus pintorescas calles.

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